La Celestina

INTRODUCCIÓN

Desde los origenes de todas las literaturas hasta nuestros días el amor ha sido uno de los temas más utilizados y de más éxito, que evolucionó a lo largo de los tiempos y fue tratado desde puntos de vista distintos. Y en esta evolución del amor la obra de Fernando de Rojas – La Celestina es la obra que ayuda a interpretar y comprender el desarrollo de terminos y sentimientos.

Lo viejo medieval y lo nuevo renascentista fusionan hacia finales del siglo XV en la obra capital de este periodo y una de las más sobresalientes de toda la literatura española y aún de la literatura universal. La Celestina representa la transición entre la Edad Media y el Renacimiento, apogeo del sentimiento del amor, como mezcla de espiritualidad y sensualidad. Con La Celestina entramos en un ambiente distinto, lleno de enigmas y problemas. Es una historia de amor apasionado en el que tercian criados y medianera. Junto con Don Quijote, Sancho y Don Juan, Celestina, el personaje que da nombre a la obra compone la clase de tipos universales de España.

La Celestina recoje el clima espiritual del siglo XV, es decir el desorden y el pesimismo de una época de transición, y por primera vez en la literatura española el individualismo de los personajes los conduce al sufrimiento y a la muerte. La vida ya no es la vía hacia la vida eterna, la vida del más alla; hay que disfrutar también de la dulzura de la vida terrena, de sus alegrías y sus placeres. Así, la muerte pierde el sentido liberador y se ve como una étapa dolorosa, el fin de todos los bienes.

La obra expone una sociedad dominada por el amor desenfrenado y por la codicia. Fernando de Rojas critica la sociedad materialista en la cual el dinero y lo material son mucho más importantes que el amor y la honra. Los personajes de esta obra son miembros de dos mundos aparentemente distintos pero, sin embargo, guíados sólo por el interés y el beneficio personal.

Porqué elegí esta obra? Porque lo que más me ha impresionado es su parecido con nuestra realidad, porque lo que he leido en sus paginas es algo muy real y actual.

La Celestina es una historia realista y actual. Los personajes de esta obra se parecen a muchas personas de nuestro mundo, ya que hoy en día hay personas muy egoistas, que no piensan en nada y nadie con tal de alcanzar sus própositos, hay individuos que mueren por dinero y que se suiciden por un fracaso amoroso.

La Celestina sirve para hacernos entender que la existencia humana no cambia, y que los lios y los fracasos amorosos, los suicidios por amor y los asesinatos, passan a diario. Hombres como los personajes celestinescos los ha habido siempre, y creo que siempre los habra.

Lamentablememnte, vivimos en una sociedad en la cual el dinero llego a ser un verdadero “rey’’, que domina el pensamiento y la vida de la gente. El hombre pone su esperanza y toda su confianza en el dinero, y hace una especie de idolatría que le ciega y no le permite entender lo mucho que puede perder. Hoy la gente duda de cualquier cosa menos del dinero, al que busca con todos sus fuerzas, convencido de que sólo lo material puede abrir y garantizar el bienestar. El dinero invadió la mente humana y llego a invertir los valores; el hombre contemporaneo tene como meta “que yo viva bien’’ y “el objetivo perdona los medios’’. Nuestra sociedad está basada en el dinero y evalua todo según la ganancia. Nos da igual destrozar la vida de una persona, si así podemos alcanzar nuestra felicidad.

Y, no por último, desgraciadamente existen relaciones y amores que pueden llevar a uno a la locura o a la muerte, y también se encuentran hombres maquiavélicos que pueden llevar a una persona a su peor muerte.

A lo largo de este trabajo descubriremos muchisimas informaciones sobre la obra de Fernando de Rojas y sobre la sociedad y la época en la cual encaja esta creación literaria.

El primer capítulo trata sobre las primeras ediciones de nuetra obra, y también sobre algunos aspectos que has suscitado controversias, como el problema de la autoría, del género o de la intencionalidad del autor al escribir La Celestina. También, hablaremos en este capítulo sobre aquellos rasgos que hacen de esta una obra de transición entre dos épocas.

En el segundo capítulo, despues de anunciar el argumento géneral y de una breve presentación de la sociedad del Prerrenacimiento, entraremos en contacto con la sociedad celestinesca, y también analysaremos el estatuto de la mujer en la época y como aparece ésta en la obra de Rojas. En una tercera subdivisión de este capítulo conoceremos a los personajes de esta creación y sus motivaciones.

Y, en el último capítulo analisaremos los ejes tematicos más importantes de La Celestina y la relación que se teje entre el amor, la avaricia y la muerte, es decir como el desorden social y amoroso afecta a los personajes estudiados. Hablaremos también aquí del matrimonio imposible de Calisto y Melibea.

Espero que la lectura de este trabajo les haga placer.

PRIMERAS EDICIONES, AUTORÍA

Y GÉNERO

Hacia finales des siglo XV lo viejo medieval y lo nuevo renascentista convergen en la obra capital de este siglo y una de las más sobresalientes de la literatura española y aun de la literatura universal – LA CELESTINA.

Hasta ahora la prosa española no había alcanzado tanta perfección y belleza, tanta madurez en la concepción y tan perfecto analisis y contenido de la vida.

La Celestina es una novela dialogada en el estilo de la comedía platoniana, con muchisimas tiradas y citas de los antiguos. Es dificil situar esta obra en los moldes del género novelesco o drámatico sin ariesgar de traspasar la precisión de un arte poético. La clasificación por actos y su forma diálogada hacen de La Celestina una obra drámatica, pero su variedad y sus amplias dimensiones, la riquesa de los episodios y el realismo de los costumbres le dan los rasgos de una novela.

La Celestina es, sin duda, la obra española que ha levantado las mayores controversias. Las ediciones, la autoría, el género literario en el que está incluyda, como la intencionalidad del autor son todas problemas que plantea el estudio de la obra de Fernando de Rojas.

I.1. LAS EDICIONES

Las ediciones conservadas de La Celestina representan uno de los primeros problemas que han suscitado controversias.

La edición considerada como princeps fue impresa en 1499 en Burgos por Fadrique de Basilea. Se trata de un ejemplar único el que le faltaban la primera hoja y los versos finales, que carecía de título y comenzaba con el argumento del Acto I. Este ejemplar contenía sólo 16 actos.

En 1500 salió la edición de Toledo y en 1501 apareció en Sevilla otra nueva edición. Estas dos ediciones, conservadas también en ejemplares únicos, añaden el título de Comedia de Calisto y Melibea y contienen una Carta del autor a un su amigo, once octavas acrósticos, el argumento de la obra y los 16 actos con sus argumentos y, al final, otras seis octavas del corrector de imprenta Alonso de Proaza.

En 1502 aparecieron otras cinco ediciones – una de Salamanca, una de Toledo y tres de Sevilla. Cuatro de estas ediciones llevan el título de ´´Tragicomedia de Calisto y Melibea´´. Una de las ediciones de Sevilla se títulaba ´´Libro de Calisto y Melibea y de la puta vieja Celestina´´. Todas estas ediciones poseen 21 actos y añaden un prólogo después de las octavas acrósticas y un ´´explicit´´ bajo el epígrafe ´´Concluye el Auctor, aplicando la obra al propósito por que la acabó´´, y también se agregan cinco actos nuevos a continuación del acto XIV de la ´´ Comedia de Calisto y Melibea´´.

El éxito de la obra fue tan grande que entre 1499 y 1634 fueron publicadas 109 ediciones españolas, 24 en francés, 19 en italiano, 2 en alemán, una en latín clásico y una en ebreo. Desde la edición de Alcalá en 1569 la obra se publicó bajo el título de ´´La Celestina´´.

I.2. PROBLEMAS DE AUTORÍA

En torno al problema de la autoría de La Celestina se han levantado serias discusiones. Si la edición de Burgos de 1499 apareció sin título y sin autor, las ediciones de 1500 y 1501 de Toledo y Sevilla añaden la ´´Carta del autor a un su amigo´´ y unos acrósticos a través de los cuales se nos presenta Fernando de Rojas como el autor de la obra.

En la carta se dice que Fernando de Rojas se había encontrado ya escrito el primer acto y decidió continuar la obra, añadiendole quince actos más. Respeto al autor de ese primer acto, en las ediciones de la “Tragicomedia de Calisto y Melibea’’, el la ´´Carta del autor a un su amigo´´ y en los acrósticos, Rojas aludió a Rodrigo de Cota o a Juan de Mena como posibles autores de ese acto.

Unos siglos más tarde, la declaración de Fernando de Rojas como que él había sido el continuador de una obra ya comenzada no fue aceptada por toda la crítica.

Hay críticos que defienden la unicidad del autor, basandose para esto en la supuesta improbabilidad de que una obra como La Celestina sea creación de dos autores. Según ellos, La Celestina sería obra de Fernando de Rojas, escritor que en plena madurez literaria vuelve sobre una obra de su juventud.

Otros críticos sostienen la doble autoría – un autor anónimo y Rojas – que se debe a las diferencias de lenguaje y de estilo (diferencias morfosintacticas, ortográficas, linguísticas y la diversidad de fuentes entre el primer acto y el resto de la obra).

La más generalizada de las dos teorías es la de la doble autoría. Un primer acto escrito por Juan de Mena o por Rodrigo de Cota – cuya candidatura es la más plausible – constituyó el punto de partida de la obra del Bachiller Fernando de Rojas, ´´nascido en la puebla de Montalbán´´ en torno al año 1476. Rojas fue el genio que supo dar forma artística a una historia de vida revelando una manera filósofica de percibir el vivir.

I.3. EL GÉNERO EN LA CELESTINA

Otro problema que ha levantado disputas entre los críticos se refiere al género literario en que La Celestina puede ser incluida.

Debido a su división por actos y a la total ausencia de partes narrativas, La Celestina se parece a las obras dramáticas, aunque su longitud y la utilización del tiempo la califican como novela. Muchas veces la obra ha sido calificada como ´´novela dramática´´ o ´´novela dialogada´´.

En el siglo XVI La Celestina fue considerada unánimemente una obra dramática. Lo único que implicaba discusiones en aquel entonces era la denominación de ´´comedia´´ o de ´´tragedia´´. En pleno Renacimiento la denominación de ´´comedia´´ era inadmisible porque no tenía un final feliz, pero tampoco podía ser llamada ´´tragedia´´ porque sus personajes eran de baja condición social. El mismo Rojas la llamó ´´tragicomedia´´, basandose para esto en la objeciones que se referían al desenlace de la obra.

En el siglo XVIII se planteó el problema del género en la obra de Fenando de Rojas no sólo en España, sino en toda Europa, debido al hecho de que La Celestina no encajaba en ningun molde conocido.

Los críticos y los historiadores literarios dejaron de considerarla obra dramática, dado que su larga extensión la hacía irrepresentable, y adoptaron términos como ´´novela dramática´´ o ´´novela dialogada´´.

Algunos críticos la suelen denominar obra dramática, mientras otros la ven como una novela. Se acerca al género dramático debido principalmente a la división en actos y a la falta de intervención del narrador y al diálogo directo de sus personajes. Al mismo tiempo la atmósfera es teatral: hay tensión psicológica y vicisitudes emocionales, hay maldades y engaños, y hay ignorancia. De hecho, La Celestina fue considerada la primera obra de teatro moderno, en la cual, en un mundo hostil, un antihéroe aspira a la libertad, pero su voluntad está destrosada por las limitaciones biológicas y sociales, como por los caprichos del azar. Los críticos que la consideraban una novela se apoyaban en el hecho de que se trata de una novela diálogada cuyos personajes representan el elemento narrativo más importante, y en su gran extensión, lo que implicaba dificultades para su representación. También tenían en cuenta que la obra contiene formas de discurso propias de la novela como la narración, la descripción, el dialogo y la argumentación. La obra de Rojas infloyó la novela moderna de la siguente manera: dio los fundamentos literarios y ideológicos de la novela picaresca, ofreció la técnica de una parodia burlesca de un héroe, y evidenció multiples puntos de vista sobre una misma realidad.

Menendez y Pelayo se declaró en contra de estas denominaciones, diciendo que La Celestina ´´si es drama no es novela, y si es novela no es drama´´. Él opinaba que aunque había sido creada para ser leída, y no para ser representada, las situaciones, los medios y hasta los mismos personajes son dramáticos. Menendez y Pelayo consideraba también que el realismo psicológico y ambiental de La Celestina influyó la novela del después de esta obra.

En cambio, Maria Rosa Lida de Malkiel se declaró a favor de la consideración de esta creación como obra dramática, diciendo que su extension y en consequencía las dificultades de su representación no eran obstáculos para considerarla teatro. Ella creía que Fernando de Rojas no había escrito su obra pensando en su representación porque en esos tiempos no habían teatros en Europa. Además, la plenitud de la obra se da sólo en la lectura dramátizada.

A la vez que se desarrolla la novela moderna, los críticos ven en La Celestina una obra narrativa, y esto no tanto por los rasgos narrativos que presenta sino sobre todo por las dificultades de interpretarla como obra dramática.

Gilman llegó a la conclusión de que La Celestina es una obra ´´agénerica´´, una creación distinta y anterior a los periodos cuando la comedia y la novela se habían cristalizado como géneros literarios. Es cierto, según su opinión, que hay algunas características narrativas como la notificación directa y detallada de la realidad o el uso del tiempo literario – que es más bien narrativo que dramático – pero todo esto se mezcla con la forma dialogada de la acción dramática.

Aunque la calificación de Gilman como obra ´´agénerica´´ es considerada exagerada por algunos críticos, también su inclusión dentro del género dramático suscita controversias, de la misma manera que su consideración como novela.

I.3.1. LAS FUENTES LITERARIAS DE LA CELESTINA

Aunque el mérito capital de La Celestina lo encontramos en la espléndida observación de la vida y de la realidad y la multitud de personajes, como todas las obras literarias importantes, esta también tiene como punto de partida una serie de fuentes y préstamos. Se trata aquí tanto de obras literarias de la Antigüedad, medievales y renascentistas como de obras y autores de la literatura española, fuentes a las que se considera también la vasta experiencia de Rojas.

Menendez y Pelayo decía que ´´los orígenes de La Celestina no son populares sino literarios, y de la más selecta literatura de su tiempo´´.

Entre las fuentes cultas que Fernando de Rojas incorpora a su libro hay que distinguir autores como Heráclito, Aristóteles, Horacio, Virgilio, Séneca, Boecio, Ovidio, Plauto y Terencio. Por ejemplo, el tema de la imperfección de la mujer puede venir de Aristóteles, de la misma manera que el papel de la tercera es muy habitual en Ovidio, Séneca, Plauto y Terencio.

Los grandes renascentistas Petrarca y Boccaccio también influyeron la creación de Rojas. De hecho, la obra filosófica de Francesco Petrarca es determinante y fundamental en la obra de Rojas, dado que es la más citada de todas las fuentes. La comedia humanística, la nueva forma dramática iniciada por Petrarca en la primera mitad del siglo XIV en Italia, está considerada la génesis de La Celestina, y todo esto por el desarrollo lento y los ambientes contemporáneos, por los personajes humildes los diálogos variados, por los refranes y las citas cultas etc.

Pero las comedias humanísticas italianas, que eran escritas en latín, aunque no seguian ciegamente a sus modelos, descendían de las comedias de Terencio o de las de Plauto.

De aquí las consideraciones de que La Celestina tiene sus raíces en la comedia de Terencio, el mismo autor denominando su creación ´´terenciana obra´´ en las octavas acrósticas. Aparte de los elementos temáticos y formales que muestran la relación con la obra terenciana. Entre estos elementos se pueden nombrar la intención de servir como modelo para conocer los engaños de las alcahuetas y de los criados, los resúmenes de cada acto, el lugar anónimo en que sucede la acción, la creación de los personajes. Tanto en Terencio como en Rojas los personajes aparecen en parejas y sus nombres destacan rasgos carácteristicos de estos: Calisto = belleza, Melibea = dulzura (dulce como la miel), Celestina = maldad.

En cuanto a los escritores españoles, nombres como Alfonso el Sabio, Juan Ruiz, Juan de Mena, Jorge Manrique, Rodrigo Cota, Juan del Encina o el Canciller Ayala dejaron huellas en La Celestina.

Las ideas de todos estos autores citados llegaron a Rojas directamente o a través de fuentes indirectas o por comentadores y imitadores.

Todas estas fuentes demuestran que La Celestina no nació de nada, sino que Fernando de Rojas construyó su obra usando materiales de diversos orígenes, que confluyen y se unifican en una nueva y original creación.

I.3.2 LA CELESTINA – RASGOS DE OBRA DRAMÁTICA

Si al principio La Celestina estaba orientada a ser una nueva comedia humanística, debido a las modificaciones, los retoques y las ampliaciones sufridas, esta creación literaria pasó a ser una obra dramática, en la que dominan la acción y el diálogo, con personajes dramáticos que actuan en un tiempo y en un espacio también dramáticos.

El diálogo es característico a la estructura externa de la obra. Tanto al nivel textual como en los gestos, los tonos, la voz el discurso dramático gira en torno al yo / tú.

La acción mantiene la tensión dramática a lo largo de la obra. En el desarrollo de la acción se distinguen tres fases:

El planteamiento, es decir el encuentro inicial de los amantes. Desde la perspectiva dramática, el rechazo que sufre Calisto tiene mayor importancia.

El desarrollo: Al comienzo, Calisto cae enfermo de amor, uno de los viejos tópicos de la literatura amorosa. Aquí entran en acción nuevos personajes como Sempronio y Pármeno, los criados de Calisto, que tienen que ayudar a su amo a conquistar a Melibea. Y este es el núcleo de la acción. Para lograr su proposito, ellos requieren la ayuda de la alcahueta Celestina, la que servira de medianera y hara posible que Calisto conquiste a Melibea y que la posee. Es impresionante la sabiduría de la vieja alcahueta, la que tiene como único objetivo el interés, el dinero que puede sacar del joven adinerado.

El trabajo de la bruja comienza con la visita que le hace a Melibea. Bajo el pretexto de presentarle las novedades en coser y brodar, Celestina logra obtener el cordón de esta para aliviar, según la vieja, el dolor de muelas de Calisto. Y esta es la primera gran rendición de Melibea.

Es Celestina la que, con su experiencia y sus artes mágicas, conducirá dramáticamente las acciones de la obra en torno a la relación de Calisto y Melibea. El amor, la riqueza y la lujuria, la avaricia y el egoísmo influyen los comportamientos de los personajes. La vieja alcahueta es la maestra del arte de enseñar a fornicar con el único proposito de sacar el maximo interés material de todo su trabajo.

El realismo social – por sus conexiones con el mundo social de la época – constituye el soporte de la acción dramática y le da a la obra la verosimilitud necesaria. Las tensiones dramáticas que se observan el La Celestina corresponden a determinadas tensiones sociales a las que remite la obra de Rojas.

Celestina es el personaje más complejo y mejor caracterizado de toda la obra. Su sabiduría convierte la frialdad de Melibea en un apasionado deseo amoroso. Después del encuentro amoroso de los protagonistas en el acto XIV ya no es necesaria la función dramática de la bruja.

El final de La Celestina es un ejemplo ético-moral: Sempronio y Pármeno asesinan a la alcahueta y seran ajusticiados en la plaza pública.

Las primeras ediciones de la ´´Comedia de Calisto y Melibea´´ terminaban con la muerte de los protagonistas. En cambio, la ´´Tragicomedia de Calisto y Melibea´´ prolonga los encuentros amorosos en sus cinco actos añadidos.

El desenlace: Los actos añadidos tienen una orientación moralizante – la codicia lleva a la destrucción.

El autor describe la pasión amorosa y las citas de los dos amantes obsesionados por el goce sexual, lo que les llevara a la destrucción: la muerte casual de Calisto y el suicidio de Melibea. El tono didáctico – moral sera acentuado por los parlamentos entre los padres de Melibea al final de la obra.

El tiempo en La Celestina está estructurado dentro de la economía dramática. Hay dos unidades temporales que configuran el desarrollo dramático: ´´el tiempo explicito´´, de acción continua, y ´´el tiempo implícito´´, los segmentos temporales necesarios.

El ´´tiempo explicito´´ ocupa sólo unos cuatros días, desde el inicio de la acción hasta el desenlace final, pero, en determinados momentos, la acción dramática remite a un ´´tiempo implicíto´´.

En tanto que dimensión dramática, el tiempo de la obra de Fernando de Rojas ha sido un tema muy discutido por la crítica.

Stephen Gilman consideraba que en cuanto al uso del tiempo Fernando de Rojas denota una clara libertad artística, y que ´´los personajes hallan dentro de la obra una experiencia de tiempo más larga que el lector, quien, a causa de la forma diálogada, ha supuesto que estaba viviendo con ellos cada instante de la obra´´.

Sea como sea, el tiempo desempeña un papel fundamental en esta obra.

Todos los personajes tienen conciencia temporal y actuán entre la búsqueda inmediata de la satisfacción de sus deseos y el paso irremediable del tiempo. Cada uno de los personajes vive intensamente el tiempo y lo percibe como algo del que no logra liberarse y que lo acecha continuamente.

El tiempo es el que conduce a los personajes al disfrute inmediato de la vida, pero ellos, a su turno, construyen un tiempo subjetivo, personal. Es decir, por un lado el tiempo limita las pasiones y los deseos de los personajes, y por otro lado aparece una conciencia subjetiva y relativa del tiempo en cada uno de ellos.

El personaje con la más aguda conciencia temporal es Celestina; ella percibe la concepción temporal de cada personaje y la usa como instrumento para manipular los hilos del tiempo con el próposito de sacar beneficios económicos, aunque para esto tienen que sufrir los otros. Para lograr sus objetivos, la vieja alcahueta prolonga o precipita el tiempo antes de satisfacer los deseos de los demás.

Para Calisto, el tiempo es su adversario, su enemigo, el que atormenta su amor. Los momentos de separación entre él y su amada son percibidos por este como una eternidad; en cambio, las horas que pasa al lado de Melibea pasan muy de prisa. La prisa es una de las características más constantes de todos los personajes de esta obra.

Al igual que su amado, Melibea tiene su propia noción del tiempo. En su primer encuentro con Celestina pueden observarse dos visiones distintas del tiempo. Asi como Melibea no se acuerda de la vieja porque habían pasado dos años desde la última cita: ´´No es tan poco tiempo dos años, y más que la tiene arrugada´´, los mismos años suponen para la vieja una extensión menor. Cada una de las dos mujeres configura aquí una estructura temporal subjetiva.

Lo mismo pasa con Areúsa y Pármeno en la despedida luego del primer encuentro sexual. Se trata aquí de una parodia de la tradicional despedida de los amantes al amanecer donde encontramos también dos maneras de percibir el tiempo. Para Areúsa parece que las horas no habían pasado gracías al placer sentido al lado de su amante: ´´¿Qué amanescer? Duerme, señor, que aun agora nos acostamos.´´

En cambio, su amante está angustiado de que su señor se dara cuenta de su tardanza. Él le tiene miedo al castigo y a las represalias, y aun más al recorte de beneficios por parte de Calisto.

En La Celestina las referencias temporales aparecen repetidamente, lo que le confiere singularidad y unicidad y la convierten en una categoría existencial de la vida humana. En toda la obra, el tiempo es el instrumento de la imperturbabilidad mundana frente a los deseos humanos.

I.4. LA CELESTINA – OBRA DE TRANSICIÓN ENTRE DOS ÉPOCAS

La Celestina es la obra española que marca el fin de la Edad Media y anuncia una nueva época – el Renacimiento. Con ella concluye una época literaria y se inaugura una nueva.

La Celestina, que tiene sus raices el la Edad Media, es también una obra en la cual se pueden notar semejanzas con el Renacimiento.

La idea general de la creación de Rojas es medieval; relata el asedio de un noble a una dama ayudado por una vieja alcahueta. Pero, Fernando de Rojas retoma el tópico medieval y crea una obra que refleja un mundo social dominado de pasiones, engaños, amores, sexo, vicios, dinero, en la que mezcla elementos trágicos y comicos. El autor se aleja de los personajes medievales y crea un mundo dominado por la codicia y la perversidad, que al final van a ruinar a todos.

La intención psicologica da vida a los personajes y hace interesante el destino de cada unos de ellos. A veces, Fernando de Rojas es muy irónico, otras veces muestra su admiración por la pureza del sentimento amoroso. El autor describe el papel de la mujer a lo largo de su vida con la fuerza del sentimiento renascentista.

Al lado de las características de la Edad Media española en La Celestina se encuentran también inovaciones renascentistas.

En el fondo, la obra es marcada del espiritu del Renacimiento, bazandose en el placer. Melibea es, desde este punto de vista, la expresión clara del instinto érotico que derrama todas las bareras de la etica.

De hecho, uno de los rasgos importantes de La Celestina es el tránsito de la sociedad a finales de la Edad Media y a comienzos de la época renascentista. La convergencia de las dos épocas se remarca, en primer lugar, en el papel de los sirvientes. Si en la Edad Media los sirvientes trabajaban para sus amos a cambio de la defensa y de la manutención, en la obra de Rojas los criados le exigen al señor que les pague.

A la vez, los nobles medievales defendían al pueblo llano, pero en La Celestina Calisto se limita a una vida de ocio, le falta el ejercicio de las armas, y la defensa está encargada al ejercito del rey y, en consecuencia, los nobles ya no son necesarios.

Por otra parte, en la literatura de la Edad Media no se hacía distinción entre lo natural y lo sobrenatural, cosa que no sucede en el Renacimiento, cuando se hace una separación total entre los dos aspectos.

Desde este punto de vista, La Celestina parece, por un lado, una obra renascentista, dado que sus acciones se desarrollan en un plano mundano, y por otro lado, una obra medieval porque al final todos los personajes pagan por su locura y perversidad, como si una justicia divina los hubiera castigado por su crueldad.

En la Edad Media los ricos y los pobres representaban dos clases sociales distintas y separadas. Esto no sucede en La Celestina, donde los ricos y los pobres se mezclan, los vicios y las pasiones estan en todos de la misma manera. De hecho, esta es la primera obra en la cual los pobres tienen la misma importancia que los ricos. Los vicios y las pasiones carnales son el tema central, rasgos renascentistas que al final, conducen al desastre y a la muerte. Mientras en hombre medieval despreciaba su cuerpo en favor des espíritu, el hombre del Renacimiento busca su plenitud en el desarrollo de todas las posibilidades y facultades. La tierra renascentista es un lugar de goce, y el cuerpo deviene fuente del placer, que da belleza y dulzura a la vida. Con respeto a esto, Melibea rompe con la moralidad social medieval, aunque parece honesta y moral. Es ella la que rompe con la idea de que sólo el hombre puede gozar y que la mujer le pertenece, y demuestra que la mujer también puede gozar. Melibea es la expresión del instinto erotíco inocente que vence los perjuicios de la etíca convencional.

Otro aspecto que hace de La Celestina una obra de transición se refiere al resurgimiento del comercio, observable en el lamento del padre de Melibea. Pleberio basa su fortuna en cosas materiales en lugar de la propiedad de terreno, una característica medieval. Él ve a su hija como la prolongacion de sus negocios, que acaban con la muerte de esta.

La muerte que todo lo acaba, es omnipresente al final de La Celestina, y el final trágico augura la llegada del Renacimiento.

I.5 INTENCIONALIDAD

Tal como el mismo Rojas señala en la obra, hay tres temas principales en La Celestina: la corrupción, con el fin de prevenir contra los criados y las alcahuetas, la prevención contra el loco amor, y un tema más profundo y filosófico, según el cual la existencia humana es una lucha continua entre dos extremos: jóvenes – viejos, inocencia – corrupción, pobres – ricos, amos – criados, mujeres – hombres, ignorantes – sabios, el bien – el mal. La intencion de Fernando de Rojas es una moralizante, tal como él mismo lo señala en su obra. En la ´´Carta del autor a un su amigo´´, Rojas justifica su intención de ayudar a ´´la muchedumbre de galanes y enamorados mancebos´´, finalidad didáctica que aparece también en los prólogos y estrofas del comienzo y del final de la obra:

´´Buscad bien el fin de aquesto que escrivo,

o del principio leed su argumento;

leedlo (y) veréys que, aunque dulce cuento,

amantes, que os muestra salir de cativo´´.

El autor insiste sobre la finalidad y la intención moralizante de su creación. Si al principio, el objetivo de Rojas fue de mostrar a los amantes cómo escapar de la cautividad del amor, luego, en la ´´Tragicomedia…´´ hace un ejemplo negativo, moralista y didáctico de los desastres a las cuales se exponen los que sucumben ante el deseo y el placer.

Sin embargo, la intención de Fernando de Rojas ha sido un tema muy debatido por la crítica. Con respeto a esto, destacan cuatro posiciones principales:

La tesis existencialista, defendida por Américo Castro y Stephen Gilman. Estos niegan la intención moral del autor de La Celestina debido, entre otras, al pesimismo de Rojas – el amor no es más que mentira y engaño, y la única realidad es la muerte. Los dos creen que la obra es el resultado de los pensamientos de judío converso de Rojas.

La tesis moralista, sostenida por Marcel Bataillon. Él está de acuerdo con el sentido moralizador de La Celestina y le niega el carácter realista.

La tesis de la intencionalidad artística, defendida por Lida de Malkiel. Ella considera que La Celestina es el resultado de un proceso artístico y defiende los valores humanos de sus personajes.

La tesis ecléctica, sostenida por Otis H. Green. Este acepta el carácter moralizador de la obra y ve el convencionalismo del amor cortés como determinante de las relaciones que se desarrollan en esta.

Aparte de estas consideraciones, se conocen otros puntos de vista como la tesis del judaísmo, defendida por Menendez Pelayo, y la tesis de la crítica social, sostenida por Maravall. Para Menéndez y Pelayo el escepticismo moral y reliogioso viene en contradicción con los principios ortodoxos de Fernando de Rojas. Maravall considera que es la sociedad contemporanea la que transforma a los personajes. Ellos actuan bajo la oposición entre lo que queren ser y lo que tienen que ser.

II. SIGNIFICACIÓN DE LA OBRA

II.1. ARGUMENTO

La Celestina rompe con las normas literarias anteriores y expone una sociedad dominada por el amor desenfrenado y por la codicia. Fernando de Rojas critica la sociedad materialista en la cual el dinero y lo material son mucho más importantes que el amor y la honra.

Los personajes de esta obra son miembros de dos mundos aparentemente distintos pero, sin embargo, guíados sólo por el interés y el beneficio personal.

La obra comienza en la huerta de Melibea, una joven rica, donde entra Calisto a buscar un halcón que se le había escapado. En cuanto ve a esta, queda encaprichado con ella y le declara su apasionamiento en ese preciso momento, pero sin resultado a su favor. Aconsejado por su criado Sempronio, Calisto acude a una vieja alcahueta llamada Celestina, maestra en el arte de componer amores.

Los dos criados del joven enamorado conspiran con la vieja y tratan de explotar la pasión de su amo y repartirse los regalos y las recompensas que obtengan.

Mediante la magia y sus habilidades dialécticas, la vieja Celestina logra que Melibea se enamore de Calisto, de la misma manera que Pármeno se enamora de Areúsa, una de sus pupilas.

Por lograr a que la mujer amada le corresponda en sus sentimientos, Calisto le ragala a Celestina una cadena de oro, que llegara a ser el objeto de la discordia entre los tres complices. Demasiado avida por el dinero y las riquezas, la bruja se niega a compartir la ganancia con sus ‘‘mochachos’’, lo que determina a estos dos de asesinarla, por lo cual serán presos y ajusticiados.

Dolidas por haber perdido a Celestina y a sus amantes, Elicia y Areúsa quieren que el fanfarrón Centurio mate a Calisto, cosa que no va a suceder porque este sólo lograra armar un alboroto.

Una noche, mientras Calisto y Melibea gozaban de su amor, tras escuchar ruidos en la calle, Calisto quizó salir fuera para ayudar a sus criados pero, en la obscuridad, al escalar precipitadamente el muro, tropieza y cae, matándose de la caída. Desesperada, Melibea se suicide arrojándose desde lo alto de una torre.

La obra acaba con el llanto de los padres de la joven doncella.

II. 2. CONTEXTO HISTORICO Y SOCIAL

II.2.1. LA SOCIEDAD EN LA CELESTINA

El siglo XV es considerado una época de transición entre la Edad Media y el Renacimiento, governada de profundas transformaciones que afectan la concepción del mundo, visto como un caos total regido por el azar y la fortuna, dominado de un sentimiento general de inseguridad y pesimismo.

La sociedad europea de esta época se caracteriza por el desarrollo comercial y el crecimiento de las ciudades, hecho que permite el conocimiento de nuevas culturas y la evolución de la burguesía, que empezara a compartir los gustos de la nobleza y a imitar sus maneras.

En cuanto a la sociedad española, el progreso de la Reconquista atrae la extensión de los territorios e incrementa nuevas formas politicas. De lo mismo, crece la autoridad real y la nobleza, deseando ejercer el poder político, se agrupa en cortes. Además, el dinero cobra una gran importancia y la burguesía llega en una posición privilegiada, pretender igualar a la nobleza.

El apogeo de la burguesía impone transformaciones en el sistema de valores. Cobra gran importancia el interés por las posesiones materiales y por la vida terrenal, el deseo de disfrutar del presente, y también cobra importancia la visión de la vida más alla de la muerte.

En esta época saldra a luz La Celestina, la obra que representa todas las transformaciones y los cambios que sufrió la sociedad española de esos tiempos.

La Celestina presenta la sociedad de transición entre la Edad Media y el Renacimiento, en la que la alta burguesía sera la clase alta, y que gracias a sus bienes materiales adquierá poder e importancia. De este modo, los que tenían suficiente dinero como para poder vivir sin trabajar y que tenían a otros trabajando por ellos estaban considerados nobles. También aparecen nuevas formas de ocio como la caza, el torneo, la cultura y hasta el amor.

La obra es la muestra perfecta de una sociedad en crisis.

Fernando de Rojas no quiere defender la sociedad que describe, ni la quiere presentar como valiosa y ejemplar, sino que llama la atención sobre ciertos aspectos negativos y desfavorables de esta sociedad que pinta, que pueden llevar a graves males y al desconcierto moral. El autor describe con claridad el estado vital de los hombres de la nueva sociedad.

En La Celestina se puede observar una profunda fusión de dos planos sociales: los ricos y los sirvientes.

Los personajes de las dos clases son de la misma manera protagonistas de la acción, sin importar el estatuto social de cada uno de ellos. Desde este punto de vista, no hay en esta obra un reparto como en la tradición literaria clásica, cuando el elemento trágico apartiene a los señores y el cómico a los criados. En La Celestina los criados desarrollan un papel importante. Por medio de la condición social de sus personajes, Fernando de Rojas nos presenta las tensiones internas que se producían dentro de su sociedad. En su obra hay suficientes datos acerca de la raíz de la crisis que se vive, raíz que se encuentra dentro del hombre y que desde el hombre se proyecta en la sociedad. El mundo de La Celestina responde a las alteraciones sociales provocadas por la formación de la nueva clase ociosa de los ricos, representando la imagen de estos y de sus vicios y desordenes.

Calisto representa la imagen del joven miembro de la clase ociosa, que practica actividades como el juego, el paseo a caballo, la caza y el amor, y que se preocupa por la manera de vestirse. Él ostenta su riqueza. De hecho, en la obra es rasgo esencial la manifestación pública y social de las riquezas y los bienes materiales que se poseen.

Aún más, la creencia en la suerte, y la importancia que acorda a las prácticas dudosas vienen a completar el retrato de Calisto como miembro de la clase ociosa. A todo esto se añade el saber, bajo la forma de una cultura literaria no productiva. Desde este punto de vista, son abundantes, en los parlamentos de casi todos los personajes, las alusiones y las citas de una cultura libresca.

Destacan también en La Celestina las alusiones a la mercancía, la actividad predominante de los burgueses. Por ejemplo, Sempronio, cuando le aconseja a su amo no impacientarse por el logro de Melibea, le dice a este que no piense “como si ovieras embiado por otra qualquiera mercaduría a la plaça, en que no oviera más trabajo de llegar y pagalla.’’

Luego, Pleberio cuando se lamenta del mundo y de la fortuna por la drama que vive, lo que le viene en la mente en ese triste momento es una feria con sus compras y ventas de mercancías, y dice que “lo contaré, como a quien las ventas y compras de tu engañosa feria no prósperamente sucedieron.’’

Aún más, en su lamentación por la muerte de su hija, su única heredera, Pleberio dice: “¿Para quién edifiqué torres; para quién adquirí honrras; para quién planté arboles, para quién fabriqué navíos?’’ Debido a esto, Pleberio representa la imagen del mercader que se ocupa con el comercio marítimo, la más importante forma de relación económica en la época. Todo lo que este nombra (torres, honras, árboles, navíos) representan bienes materiales valorables y dignos de ser heredados. En su llanto, Pleberio insiste en la idea de que no tendra quien sucederle en los negocios. Las honras de las que él habla representan la posición social adquierida con su riqueza. Se trata aqui de los honores sociales que los nuevos ricos conseguían con el dinero. Pleberio habla sobre todo de esto en su maldición a la fortuna, la administradora de todos los bienes materiales. Sus casas, sus tierras, sus honras pertenecen al cuadro social; todos estos bienes materiales los ha adquirido él, como rico burgues, en sus años de actividad, y su hija tenía que heredar todo.

Todo lo que Pleberio dice y de lo que se lamenta en su llanto ayuda a realizar el retrato de este rico comerciante que abandona los negocios marítimos para invertir su dinero en tierras y propiedades, lograr de esta manera un estatuto social que ennoblece su linaje.

Cabe mencionar también que en la actitud de los nuevos ricos son frecuentes las faltas sociales. La que destaca es la falta del sentido del honor.

Por ejemplo, la reacción de Calisto cuando su criado menciona un episodio de su abuela con un simio no tiene nada de honor. Luego, él está consciente de que debe sentirse herido en su honra por la suerte de sus dos criados, y considera que está obligado a vengar su muerte, por ser una afrenta a él. Le echa la culpa al alcalde por haber ordenado la ejecución de Sempronio y Pármeno, y también le recrimina por su acto, no porque se había olvidado de su condición de caballero, sino que había sido ingrato a los favores económicos que debía al padre de este.

Aún así, Calisto reacciona muy pronto, como prueba de lo poco que ha nutrido el sentimiento de las obligaciones como señor: “¿no ves que por executar justicia no havía de mirar amistad ni debdo ni crinça; no miras que la ley tiene de ser ygual a todos?’’

Reacciones semejantes a la de Calisto muestran también Celestina y Pleberio. La alcahueta, reprobando la violencia de sus complices, les advierte que “justicia ay para todos, a todos es ygual.’’ Pleberio, lamentandose de la arbitrariedad del amor, dice que “iniqua es la ley que a todos ygual no es.’’

En casi todos los personajes de La Celestina bulle la apetencia de la riqueza, siendo ellos convencidos de que el dinero y la posesión de bienes materiales enaltece y honra al hombre. En esta obra las cosas van al revers: en lugar de lograr riquezas por el honor, la sociedad celestinesca quiere primero enriquecer y luego comprar el honor. La reputación de los señores se apoya en el dominio sobre cosas y personas, es decir, en este último caso, en el numero de sirvientes y criados. Estos contaban con el apoyo de sus amos, y representaban la prueba de la dignidad y del honor de cada noble. Cuanto más sirvientes tenía más grande estaba la reputación del señor. En este sentido, en la obra de Rojas la posición social de Pleberio es más alta que la de Calisto, sus criados son muchos más y mejores que los del joven enamorado.

Los criados eran considerados como miembros de la casa, con deberes morales hacia su amo, y unidos a los otros miembros de la familia. Un ejemplo en este sentido seria la apreciación de Sosia sobre los dos criados muertos, a los que considera como “nuestros compañeros, nuestros hermanos,’’ dando por entender que su señor está obligado con respecto a ellos y a todos sus sirvientes porque la suerte de estos afecta a la honra de la respectiva casa.

Sin embargo, en La Celestina destaca el sentimiento del rencor en contra a las diferencias sociales. Así, Sempronio es el criado que no se siente solidario con su amo; Pármeno, que al principio está ligado a su señor, considerandolo como un medio de ascensión social, también manifiesta un vivo rencor hacia este. De la misma manera, Lucrecia dejara entrever las mismas muestras de desamor y frialdad hacia su señora.

A pesar del lazo entre los señores y sus criados, ellos estan en una perpetu guerra íntima. Cada personaje se antepone siempre a los demás. En este sentido, Calisto utiliza a sus criados y es infame, y los criados, a su turno, están en total desacuerdo con la posición social que les ha tocado y tratan de cambiar este determinismo social. Cada uno de los personajes de La Celestina tiene su réplica y está completato por el reflejo de los demás personajes que se mueven a su alrededor. El mundo de los nobles se contura gracias a la existencia del otro mundo opuesto, el de los criados y los sirvientes. Estas relaciones de oposición y paralelismo evoluan y llegan a ser multiples. Así, la réplica de la pareja formada por Calisto y Melibea se encuentra en Pármeno y Areúsa o Sempronio y Elicia, los dos criados de Calisto, Sempronio y Pármeno, tienen una continuación más joven en Sosia y Tristan, y las dos prostitutas de Celestina, Areúsa y Elicia, contrastan con la sirvienta de Melibea, Lucrecia.

Es importante señalar que estos contrastes no están casuales, aleatorios, sino cada personaje representa una actitud frente a la vida, a la realidad de la España del siglo XV.

La Celestina es una obra que quiere plantear los cambios institucionales y sociales de la época en relación con los temas del amor, de la codicia, de la fortuna y de la muerte. El amor afecta a todos los pesonajes celestinescos, y dicta y suscita el comportamiento de estos, la riqueza condiciona las virtudes morales y hasta el amor. Ya no se habla de virtud sino de prosperidad. La avaricia es la base de todos los conflictos secundarios de La Celestina. Tal como señala Francisco José Herrera, la codicia sustituye en los personajes que pertenecen a la clase baja a la furia amorosa de los de la clase alta. El dinero es el que lleva a Celestina y a los dos criados a la muerte. Y las distintas facetas de la muerte denotan el anhelo por el amor y el dinero.

En su obra, Rojas pinta el panorama social según el cual no existe otro paraíso que el de los placeres terrenelas, y que a su vez las riquezas, la avaricia, la corrupción y otros pecados van a ser castigados. La muerte se refleja en esta obra como la privación de vida, de goces y de placeres. La muerte representa el final del desorden en el hombre.

Fernando de Rojas dirige a sus personajes hacia la muerte, realizando de esta manera el dibujo del realismo de un mundo degradado y una parodia sarcástica del amor cortés.

En La Celestina Fernando de Rojas hace la critica de una sociedad materialista, el la cual el dinero y lo material son mucho más importantes que el amor, la lealtad y la honra.

II.2.2. LA MUJER EN LA SOCIEDAD CELESTINESCA

La Celestina proporciona también una vasta reflexión sobre la condición y el modo de ser y de actuar de las mujeres dentro de la sociedad de aquellos tiempos.

Pero no se puede hablar del papel que desarrolla la mujer en la obra de Rojas sin hablar antes de la evolución de esta a lo largo del tiempo.

A través de los tiempos la mujer ha desarrollado varios papeles en la sociedad y su evolución a lo largo de la historia ha sido constante. Hoy en día, a la mujer se le reconoce el conjunto de funciones que ella desempeña tanto en el interior de la familia como en la sociedad. Sin embargo, muchas veces la mujer ha sido protagonista de los hechos comunes y ordinarios, y pocas veces de grandes hazañas. Durante muchisimo tiempo ella ha actuado al sevicio del patriarcado y ha vivido en función del hombre, el protagonista activo de la historia. Esto tiene mucho que ver con las condiciones sociales especificas de cada época y con el rol asignado a la mujer.

La historia de la evolución de la mujer en la sociedad es fascinante.

Dentro de las civilizaciones sumerienes y babiloneas la mujer tenía independencia judicial, a difereNcia de Egipto donde podía ser reina. La tendencia dominante en la antigüedad era el aislamiento de las mujeres en la sociedad y sobre todo en la vida politica. En la Edad Media las mujeres estaban conocidas como esposas, madres y monjas, pero habían también mujeres que se alejaban de la tradición como las escritoras, las maestras y las que practicaban la hechizeria. En toda la Edad Media las mujeres eran percibidas en la sombra del primer pecado. Eran inferiores a los hombres y tenían que obedecer a sus padres y a sus maridos. Muchas veces el matrimonio no era elegido por la mujer sino por los padres de esta. Desde muy chicas estaban acostumbradas con el pensamiento de que un día se van a casar y tendran que ser buenas esposas. Era inconcebible que una mujer siga sus propios pensamientos o deseos, estos siendo los privilegios de los hombres.

Luego, en los finales de la Edad Media como en el Renacimiento las referencias pictóricas y literarias identifican a las mujeres pasadas de los 40 años con las brujas con propiedades maléficas, que eran odiadas y perseguidas, pero a la vez respetadas por el saber acumulado a través de los años sobre enfermedades, amores, remedios, pócimas y venenos. Un tal ejemplo es la obra La Celestina.

En la obra de Rojas encontramos personajes femeninos que encarnan los tipos de mujeres de época: Melibea – la mujer noble, Lucrecia – la criada, Celestina – la hechizera, y Elicia y Areúsa – las prostitutas. El autor toma mujeres de diferentes estratos sociales para proyectarlas en el mismo tiempo como antimodelos y como ejemplos de vitalidad y rebeldía femeninas. Las figuras femeninas de la obra contrastan con la misoginia de la Edad Media, donde la mujer era la encarcación de la pureza. Rojas piensa que la mujer debe adquerir una dimensión propia y liberadora, y por esto las mujeres de su obra ponen en juicio tanto el linaje como el matrimonio.

Melibea es la que más se rebela contra los valores tradicionales llegando a ser la imagen de una verdadera heroína feminista en esta obra. Ella desafia las relaciones medievales entre las mujeres y los hombres y la aceptación del deseo de los padres en cuanto al matrimonio de sus hijas.

Para acentuar el carácter feminista de sus personajes, el autor minimaliza a los hombres en favor de las mujeres. Más exacto, el autor de la obra minimaliza a Calisto cuando, en el diálogo que este tiene con Sempronio, diviniza a Melibea, convirtiendola en su Dios. Así, el hombre llega a ser sometido a la voluntad de la mujer. Más alla, Rojas se burla de los hombres, cuando Calisto, aconsejado por su criado, confia su amor a los poderes mágicos de Celestina. Una vez más, el joven entrega su voluntad a una mujer, y no a cualquier otra mujer, sino a una que pertenece a la clase baja y que desarrolla una triple profesión: prostituta, alcahueta y hechizera.

En lo que concierne a la alcahueta Celestina, destacan su vitalidad y su hedonismo. Ella representa la encarnación del placer, al que busca por medio de la lujuria y del vino. A la edad que ella tiene las satisfacciones sexuales no son fisiológicos sino psicológicos. La concepción que esta tiene del amor derrama los limites del pudor, siendo considerada más bien como una perversidad.

Ella es al mismo tiempo sabia y astuta, y parece que la sabiduría y el esfuerzo por sovrevivir a lo largo de su vida representan los mecanismos para manipular a los otros personajes.

Fernando de Rojas reconoce en esta obra la capacidad de pensar de las mujeres. Aparte de la superioridad de la mujer en detrimiento del hombre, el autor también nos hace entrever la lucha entre dos fuertes caracteres, es decir entre Melibea y Celestina, por salirse cada una con la suya. Mientras Melibea defiende su honra y su honestidad, la vieja alcahueta defiende su profesión, de la cual dice que “no es otro mi officio sino servir a los semejantes. Desto vivo, y desto me arreo. Una sola soy en este limpio trato; en toda la cibdad, pocos tengo descontentos.’’

Tanto Melibea como Celestina usan la inteligencia, la astucia, la determinación y hasta el orgullo personal, para lograr cada una su propósito.

Elicia, otro personaje femenino de la obra, es una mujer que disfruta de la vida, y a la que su profesión como prostituta le confiere una relativa independencia. De la misma clase, pero más astuta que su prima es Areúsa. Ella no duda en expresar su desprecio por la sociedad tradicional y en rebelarse en contra de esta.

En cuanto al papel de la mujer en la sociedad celestinesca, la crítica considera que las mujeres de esta obra son más fuertes que los hombres, y que la única manifestación de superioridad de estos se observa en el uso de la violencia de los criados en contra de la vieja alcahueta.

Cada una de las mujeres que aparecen en la obra de Rojas representa un pensamiento, un ideal distinto, pero todas encarnan la pasión.

II.3. LOS PERSONAJES Y SUS MOTIVACIONES

La Celestina es la obra que revoluciona la literatura en cuanto a la creación de personajes y carácteres. Esto se nota en el hecho de que los personajes dejan de ser tipos y poseen personalidad y psicológia propia; los pesonajes de La Celestina son seres humanos, con una profundidad psicológica. Su caracterización se hace a través del pensamiento, de los hechos y del lenguaje de cada uno; es decir el lenguaje culto en el caso de los personajes nobles, y el lenguaje vulgar, lleno de refranes, en los de baja condición social.

Todos los personajes de esta obra no sólo presentan el desconcierto social y moral de la época, pero también transgreden de alguna manera la moral católica y social del momento. Todos son miembros de grupos sociales en conflicto, dos mundos que sólo comparten el egoísmo y el individualismo, guíandose por el interés y el beneficio personal: los señores frente a los criados y la sociedad marginal. O mejor dicho, el mundo ideal de los jóvenes enamorados que sólo viven para su pasión, y el mundo real de la Celestina y de los criados.

Los personajes de la obra están organizados de tal manera que cada uno tiene una réplica y es en contraste con otros personajes. Esto significa que cada personaje está completado por los otros que se mueven a su alrededor. El mundo de los señores se contura gracias a la existencia del otro mundo paralelo y opuesto – el de los criados.

Al mismo tiempo, estas relaciones de paralelismo y de oposición son múltiples. Por ejemplo, la pareja de Calisto y Melibea tiene replica en las parejas formadas de Sempronio y Elicia o de Pármeno y Areúsa. Aun más, Elicia y Areúsa contrastan con la siervienta de Melibea, Lucrecia, y Sempronio y Pármeno tienen su replica más joven en Sosia y Tristán.

Esta presentación en contraste de los personajes celestinescos no está accidental, sino que cada uno de ellos representa una actitud frente a la realidad y a la vida.

Gracias a sus personajes, en La Celestina se nota una confirmación constante de que vivir significa luchar y que por eso están en conflicto el deber y el deseo, es decir las normas sociales y la voluntad, la juventud y la vejez, el conformismo y la rebeldía.

Ningun personaje se escapa del deseo sexual y en todos se refleja la fuerza de la pasión.

En la obra aparecen catorce personajes: los tres protagonistas – Celestina, Calisto y Melibea, los personajes secundarios – Sempronio y Pármeno, los criados de Calisto, las dos prostitutas Elicia y Areúsa, los padre de Melibea – Alisa y Pleberio, y otros personajes de poca importancia, pero con influencia decisiva en el desarrollo de la acción – Lucrecia, Tristán, Sosia, Centurio y Crito.

II.3.1. CELESTINA – PERSONAJE PRINCIPAL

Celestina es la protagonista indiscutible de la obra y el personaje más sugestivo, más complejo de todos y el mejor logrado. Es el personaje central, en torno al cual se organiza la acción. Celestina es una vieja alcahueta, codiciosa, maestra en el placer y mediadora de pasiones. Es una mujer humilde, fría, calculadora, que maneja las relaciones entre los otros personajes, ‘’mala y astuta mujer’’, tal como la describe Rojas en el argumento.

Una experta en el disimulo, ella esconde con otras actividades su verdadero negocio; ella se siente comprometida a propagar y facilitar placeres.

Hay muchos calificativos cargados sobre Celestina, hasta el demoníaco.

Pero, lo que si destaca realmente es el hecho de que Celestina no es un personaje demoníaco sino humano; su existencia es posible porques existe una sociedad que de alguna manera u otra necesita sus servicios. Su movil principal es la codicia.

Lo humano en Celestina es que pone el demoníaco de sus recursoos al servicio de sus intereses. Ella es un personaje que vive del vicio y de las pasiones de los demás, y lo aprovecha todo en su beneficio propio. Ella no sirve al mal por el mal, sino que sería capaz de servir igual al bien, si de esto sacaría próvecho. Sabe lo que le conviene y como conseguir lo que quiere. Lo que Celestina hace es utilizar todas las artes, tales como la hechizería, la magía, y sus habilidades oratoricas para lograr lo que más quiere: el dinero. La avaricia es la gran pasión de esta, la que le ayuda a pervertir a Sempronio y a Pármeno, haziendolos sus complices; por codicia no se detiene ante nada, sin importarle los medios usados. Todo lo pone al sevicio de su gran pasión: el engaño, la falsedad, el cinismo, la hechicería, el conocimiento profundo de la psicológia humana, y lo más importante – su vasta experiencia. Y sera esta gran pasión la que la llevara a la muerte.

Celestina ama su trabajo, siendo reconocida en todas partes y solicitada por todos: ‘’(…) más conoscida es esta vieja que la ruda’’, ‘’no ay niño ni viejo en toda la cibdad que no le sepa’’

Según Sempronio, Celestina es ‘’hechizera, astuta, sagaz en quantas maldades hay’’, y para Pármeno no es más que ‘’una puta vieja alcoholada’’. Atendiendo la descripción de Sempronio, Celestina se configura como un personaje perverso y malvado, vinculado a la práctica de la brujería. Melibea viene y completa el retrato de Celestina, diciendo que es una ‘’alcahueta falsa, hechizera, enemiga de honestidad, causadira de secretos yerros’’, al igual que su sirvienta Lucrecia que la llama ‘’aquella vieja de cuchillada’’, ‘’hechizera que vendía las moças a los abades y descasava mil casados’’, y que ‘’perfuma tocas, haze solimás, y otros treynta officios; conosce mucho en yervas, cura niños, y aun algunos la llaman la vieja lapidaria’’.

El mismo Pármeno dice de esta que ‘’tenía seis officios, conviene a saber: labrandera, perfumera, maestra de hazer afeytes y de hazer virgos, alcahueta y un poquito hechizera. Era el primero officio cobertura de los otros(…)’’. Él no tarda en hacer la descripción de su laboratorio. La primera lista es de sustancias de origen animal y vegetal, que sirvía para la fabricación de perfumes. La composición de este laboratorio continua con los productos de limpieza y para blanquear la piel, agentes aclaradores del cabello, cosméticos y esencias para el baño, muchas de estas teniendo también un valor medicinal. La última lista de Pármeno hace referencia a los útiles de brujería, a los cuales Celestina utilizaba para fabricar conjuros con el fin de conseguir éxito en los asuntos amorosos. La descripción que le hace Pármeno es la más sincera y auténtica de la verdadera personalidad y profesión de Celestina, y su discurso nos deja conocer los valores negativos y perversos de esta, o bien dicho la burla y la mentira de este personaje: ‘’Y todo er burla y mentira’’

Celestina es la encarnación de la moral sin escrúpulos, solamente utilitaria y en provecho propio. Medieval en su manera de hablar y en sus prácticas, Celestina es el imagen de la nueva moral – la victoria del dinero sobre el honor.

La preferencia de la vieja alcahueta por el dinero destaca en el diálogo con Sempronio, cuando hablan de su amo Calisto: ‘’(…) dile que cierre la boca y comence abrir la bolsa’’. Igual pasa cuando ella le propone a Pármeno que le ayude, ofreciéndole dinero, y este se niega, Celestina diciéndole que ella si quiere dinero y que ‘’a tuerto o a derecho nuestra casa hasta el techo’’. Cuando Sempronio le reprocha, antes de asesinarla, las malas artes, Celestina declara sin equivocación la importancia de su papel y, en consecuencia, la mayor parte de la ganancía: ‘’Más herramienta se me ha embotado en su servicio que a vosotros, más materiales he gastado; pues aveis de pensar, fijos, que todo me cuesta dinero, y aun mi saber, que no lo he alcançado holgando’’.

Celestina espera que las voluntades de la gente con la que ella interaciona funcionen como ella misma desea, cosa que logra conseguir dado que sólo fracasa al final. Es entonces cuando Celestina sobreestimó su poder y calculó mal las reacciones de Sempronio y Pármeno. Ella antepone la perversidad de sus intenciones a la transcendencia moral de cualquier orden. Este desafío la llevara a la ruina total.

Aparte de ser astuta y engañadora, mujer de ocultas facetas, alcahueta, interesada por lo mundano y las ganancias, con un fuerte sentido de sabiduría, Celestina también es sentimental y emotiva. Estos rasgos destacan de la rememoración de su amiga Claudina, la madre de Pármeno, cuya muerte le hirió en lo más profundo de su corazón.

II.3.2. LOS AMANTES: CALISTO Y MELIBEA

La acción en La Celestina se desarrolla en torno a la relación amorosa de Calisto y Melibea. Los dos amantes sufren el amor pasión. El amor sexual está destinado a los que actúan de una manera irracional, lo que en la época era considerado como una enfermedad. El amante endiosa la belleza femenina y ve en el ser amado su propio Dios.

Lo mismo pasa con Calisto y Melibea. Calisto se obsesiona con Melibea; ella se convierte en necesidad para su amante, que prefiere la muerte antes de vivir sin ella. Él está subordinado a la mujer y trata a Melibea como a un Dios, su Dios: ‘’Melibea soy y a Melibea adoro, y en Melibea creo y a Melibea amo’’.

Los dos quedan desdibujados antes la fuerza de Celestina, los dos están reducidos a meros símbolos de su función y representan los instrumentos del amor, de la sensualidad y de la pasión.

Calisto es un joven rico, preocupado solamente por satisfacer sus deseos. En el argumento de la obra, Rojas lo describe de la siguente manera: ‘’Calisto fue de noble linaje, de claro ingenio, de gentil dispositión, de linda criança dotado de muchas gracias, de stado mediano’’.

Según su criado Sempronio, Calisto era un hombre “magnifico y genial’’, ‘’de claro ingenio, y más, a quien la natura dotó de los mejores bienes que tuvó, conviene a saber: hermosura, gracia, grandeza de miembros, fuerça, ligereza, y allende desto, fortuna medianamiente partió contigo lo suyo en tal quantidad que los bienes que tienes de dentro con los de fuera resplandecen.’’ Celestina viene y completa el retrato de Calisto, aquel ‘’caballero mancebo, gentilhombre de clara sangre’’, “liberal y antojadizo.’’

Más adelante, en el acto IV, Melibea, enfadada, dice de Calisto que es ‘’un loco saltaparedes, fantasma de noche, luengo como cugüeña, figura de paramiento malpintado.’’

A lo largo de la obra, Calisto está perfectamente dibujado: joven, hermoso, rico, pulcramente vestido, egoísta, caprichoso, dotado no sólo económicamente sino oratoricamente. Hasta el nombre evidencia su rasgo fundamental – hermosura. Él carece de hábitos nobles, se levanta tarde, posee poca familiaridad con las armas.

Aliándose con Celestina denota que es capaz de cualquier cosa para satisfacer sus deseos, hasta de juntarse con el diablo. Calisto es cazador y es consciente de que no tendría problemas para obtener muchas mujeres, pero él quiere la caza mayor, el único y singular trofeo – a Melibea.

Calisto es un hombre pesimista, al que le falta la confianza en sí mismo. Está exagerando sobre las cualidades y el linaje de Melibea, con detrimento de los propios, y espera casi pasivamente que los demás logren su amor. Se deja en manos de sus criados y de Celestina, a quienes entrega todo – su amor, su libertad y hasta su dinero.

Este personaje está cargado de hiperbolísmo, en Calisto todo es exagerado.

Él es una parodia del amante cortés, el que idealizaba a su amada hasta perder el sentido de la realidad. Calisto actúa como un necio o un loco, como un típico loco de amor, insultado regularmente por sus criados, quienes se burlan de él en su cara y a sus espaldas. Es un hombre inmaduro e inseguro. Calisto es la víctima de aquella pasión que desciende como una fiebre arrebatadora; la imprudente conducta de este personaje es el resultado de su pasión.

Pero a medida que avanza la obra, Calisto deja de ser el joven romantico; su egoísmo condicionará todas sus acciones. Él transgrede todas las normas con tal de satisfacer su apetito sexual. Le da oro a Celestina y la lisonjea pero en realidad la ve sólo como un instrumento para lograr sus deseos. Tras la noticia de la muerte de sus criados y de la vieja alcahueta, Calisto se lamenta en un principio, para que enseguida los condene a todos, interesado sólo en proseguir su proposito amoroso.

No es un personaje heroico, su muerte carece de grandeza dramática y es trágica sólo porque es la primera vez cuando manifiesta generosidad para salvar a sus criados, y porque arrastra el suicidio de Melibea.

En total contraste con su amante, Melibea actúa de una manera práctica y precisa. Frente a la pasividad y el pesimismo de Calisto, Melibea se caracteriza por la seguridad en sí misma, energía y acción. Frente a la uniformidad del carácter de su amante, el de esta va desde la indignación del comienzo hasta el amor apasionado que la llevara al suicidio.

Melibea es una joven bella, honesta, virgen, que proviene de una noble familia: ‘’muger moça muy generosa, de alta y sereníssima sangre, sublimada en próspero estado, una sola heredera de su padre Pleberio, y de su madre Alisa muy amada.’’

Según la lógica interna del argumento de la obra, saber que Melibea es una joven de honrada familia basta para definirla. Desde el principio ella no tiene otros rasgos más que su respetabilidad y su pudor. El honor y la virginidad están sus únicos bienes. Ella se preocupa por las aparencias, por la honra, por la religión.

Tal como la describe Calisto, Melibea encaja perfectamente en el canon de belleza. Es la hermosura la que más vale para él, y describe a su amada con todo el lujo de detalles: ‘’Comienzo por los cabellos (…) madexas de oro (…) hasta el postrero assiento de sus pies, (…) crinados y atados con la delgada cuerda (…) para convertir los hombres en piedras.’’ Melibea tiene los ojos verdes, rasgo de la belleza femenina: “los ojos verdes, rasgados, las pestañas luengas, las cejas delgadas y alçadas, la nariz mediana, la boca pequeña, los dientes menudos y blancos, los labios colorados y grossezuelos, el torno del rostro, poco más luengo que redondo, el pecho alto, la redondeza y forma de las pequeñas tetas’’, ‘’(…) las manos pequeñas en mediana manera, de dulce carne acompañadas, los dedos luengos, las uñas en ellos largas y coloradas, que pareçen rubíes entre perlas.’’

Más adelante, en el acto IV, Celestina describe a Melibea como “angélica imagen’’, “perla preciosa’’, “donzella graciosa y de alto linaje’’, con “suave habla y alegre gesto, junto con el aparejo de liberalidad’’, con “noble boca’’. Y luego continua: “El temor perdí mirando, señora, tu beldad, que no puedo creer que embalde pintasse Dios unos gestos más perfetos que otros, más dotados de gracias, más hermosas faciones, sino que hazerlos almazén de virtudes, de misericordia, de compassión, ministros de sus mercedes y dádivas, como a ti.’’

Pero, aunque el retrato físico de Melibea nos pone frente a un tipo de mujer estandardizada, con rasgos medievales, y de la nueva estética renascentista, no así es su personalidad.

Su carácter evoluciona rápidamente a lo largo de la obra. Al principio se muestra antipática frente a los sentimientos de Calisto, pero irá evolucionando y la pasión se apoderá de ella y de su vida. La joven convencional de su tiempo, encerrada en su casa desarrollará posteriormente rasgos voluntarios y decididos, que van hacer de ella el prototipo de la mujer tansformada por el pasión.

Melibea conserva el rasgo fundamental de la psicológia femenina tradicional, que consistía en simular hasta el último momento la ignorancia. Esto debido a la necesidad de la mujer de salvaguardar el valor social de su honestidad, utilizando como disfraz su pasividad, su papel de seducida y no de seductora. Ella parece permitir un cortejo previo, dejando a Calisto “desvariar comigo en razones, haziendo mucho de galán.’’ Sólo cuandose da cuenta de que Calisto espera de inmediato una recompensa real y no simbólica, Melibea se pone furiosa y da marcha atrás en sus coqueteos, asustada a lo mejor de sí misma, y insistiendo en “la virtud de tal mujer como yo.’’ Aunque lo rechaza, ella conoce sus proposiciones. Lo que Melibea dice contrasta con lo que ella hace. Ella resulta ser una persona que muestra una manera de ser totalmente distinta de lo que es en realidad. Melibea mantiene una imagen de inocencia frente a sus padres, pero en realidad es una astuta lujuriosa que engaña a todos, escondiendose detrás de la honra y de una impecable reputación. De la niña ingenua llegará poco a poco a ser una mujer adulta comprometida con el amor. Melibea enamorada no se dentendrá ante nada; cede a su pasión sin importarle la educación o sus padres.

Pero el azar acabará con su apasionamiento. Tras la muerte de Calisto, su suicidio es consciente; su vida, volcada en la experiencia con Calisto, no tiene razón de ser: “¡Muerta llevan mi alegría! ¡No es tiempo de yo bivir!’’

Por la forma de su muerte, Melibea se configura como el personaje más trágico de La Celestina. Sus principios no conducen al éxito, sino a la muerte voluntaria, la única salida posible.

Finalmente, Calisto y Melibea acaban por entregarse a sus sentimientos, a pesar de las dudas y de algunos débiles arrepentimientos. Es entonces cuando la muerte se arroja sobre los dos amantes.

II.3.2.1. EL SUICIDIO DE MELIBEA

Melibea es un personaje sensual y enérgico, firme tanto en el placer como en el dolor. En la muerte de Melibea hay una mezcla de lucidez y pasión; ella decide morir porque no puede aceptar que todo sea necesariamente así, que haya tanta tristeza entre las bellezas de la vida.

Su suicidio ahonda la intensidad trágica de la obra. Su decisión puede considerarse como una forma de rebeldía, de protesto frente a la vida y al mundo. La sociedad, el tiempo estragador de todo, el amor inconstante y secreto, el pecado, el destino adverso, el mundo – todas son fuerzas que cercan a la joven doncella.

Las últimas palabras de Melibea representan una confesión de amor inmenso desde la frontera de la muerte. “¡Mi bien y placer, todo es ydo en humo! ¡Mi alegría es perdida! ¡Consumióse mi gloria (…) O la más de las tristes triste ! ¡Tan tarde alcançado el plazer, tan presto venido el dolor ! (…) Rezando llevan con responso mi bien todo! ¡Muerta llevan mi alegría! No es tiempo de yo bivir ¿Cómo no gozé más del gozo? ¿Cómo tuve en tan poco la gloria que entre mis manos tove?’’

Melibea alza su delirio de amor contra la mediocridad, contra la selva ciega de la vida. Melibea elige la muerte porque no quiere permitir que la tierra dura la sostenga, que todo siga, todo repetido y vivo; su dolor es inmenso. Se suicide porque no quiere aceptar la triste soledad, siguiendo en todo, hasta la muerte, al amado. Ella subordina cualquier gana de vivir a su relación con Calisto; muerto él, ella renuncia a la vida, a pesar del amor por sus padres. Decide morir, quizá porque se ha cansado de mentir, porque no quiere seguir fingiendo. Finalmente, Melibea es totalmente sincera, consigo misma y con sus padres, especialmente ante su padre, la máxima autoridad del orden moral para ella. La joven asuma la responsabilidad por sus actos. Con plena consciencia, ella decide suicidarse, declarando que nada podrá modificar su decisión: “están cerrados los oydos al consejo.’’

II.3.3. EL PAPEL DE LOS SIRVIENTES Y CRIADOS

En la obra de Fernando de Rojas, el mundo bajo de los sirvientes y los criados alcanza mucha importancia. En La Celestina los sirvientes actúan de una manera propia, y aportan al acción sus propios conflictos. De esta manera, Rojas permite al pueblo que hable, sienta, piense y actúe como las altas clases sociales. Frente al estatismo y la inmovilidad de los nobles, los sirvientes van y vienen, critican, comen, beben, traman… Ellos se aprovechas de sus señores, guíados siempre por el interés, leales sólo al dinero.

Cada personaje tiene su propio carácter, que lo distingue de los otros.

Sempronio es el criado de Calisto. Es codicioso, hipócrita, rencoroso, egoísta, agresivo, burlón y socarrón, hasta cobarde es, pero también es muy inteligente y ambicioso. Él es el intermedio entre Celestina y Calisto, complice de la vieja, sin tener ninguna fidelidad hacia su amo. Lo único que le importa es dimensión económica y la relación sexual que tiene con la prostituta Elicia.

Su maldad es notable desde las primeras escenas de la obra, rasgo fundamental que irá caracterizandolo hasta su muerte. Sempronio es un personaje contradictorio; su misoginismo se opone a su papel de enamorado, su cobardía como complice a su agresividad y violencia cuando se convierte en un asesino. Fernando de Rojas le da el papel de consejero, que siempre utiliza refranes y sentencias del saber popular.

Pármeno es otro criado de Calisto, honrado y fiel a su amo. Al principio representa un obstáculo para Celestina, que sera pervertido por la alcahueta; él va cediendo a los halagos de esta, que le recuerda su pasado comun y su devoción hacia su madre, le hace sentir envidia hacia Sempronio y le reprocha su inexperiencia en la vida, seduciéndole con satisfacer sus impulsos amorosos, presentandole a Areúsa. Debido a sus nuevas relaciones, Pármeno pasa del criado fiel, preocupado por la defensa moral y física de su amo, al hombre cínico, aprovechado y desleal, interesado cada vez más en el dinero, acabando en un asesino.

Pármeno es un personaje mucho más complejo que su amigo Sempronio, y es el que más resistió a los planes de la vieja alcahueta, y que, según la crítica, desmitificó los poderes mágicos de esta – ‘’todo era burla y mentira’’, dado que cuando hizó referencia a estos supuestos poderes no estaba todavía bajo su influencia. Y, precisamente él, quien se burlaba de los poderes de la vieja alcahueta, sera el ejemplo vivo de la corrupción de esta.

En cuanto a Elicia y a Areúsa, las dos son prostitutas de Celestina.

Elicia es la amante de Sempronio. Ella vive en casa de su protectora, es una mujer despreocupada, y, parece, la más experimentada de las dos mozas. Aunque no es muy inteligente, ella es una mujer muy guapa y sensual. Envidia a Melibea por ser rica. Aparte de Sempronio, tiene otro galán, Crito.

Areúsa, la amante de Pármeno, es más cerebral que su amiga, e independiente; ella tiene su propia casa. Es un personaje enérgico, que expresa la reivindicación de igualdad social. Ella es guapa y graciosa y considera que vale lo mismo que Melibea, con la única diferencia que Melibea tiene dinero.

Elicia y Areúsa tienen algunos rasgos comunes: las dos son prostitutas y comparten el deseo de disfrutar del placer, están astutas a la hora de engañar a los hombres y odian a los ricos, y aún más a Melibea. Llenas de odio y rencor, traman juntas la venganza de la muerte de Celestina y de los dos criados, convenciendo a Centurio que mate a Calisto.

Destacan en la obra otros personajes que influen en el desarrollo de la acción, aunque no tienen la misma importancia que los otros.

Lucrecia es la criada de Melibea, obediente y fiel a su ama, y, además, el único testigo de los encuentros amorosos de Calisto y Melibea. Es un personaje reservado y temeroso, y a veces irónico.

Centurio representa la imagen del típico fanfarrón y rufián. Él presume de sus dotes de matón delante de Areúsa y Elicia, pero, en realidad, lo único que quiere es librarse de la tarea encomendada por estas dos. No es más que un vago, jugador y cobarde.

II.3.4. LOS PADRES DE MELIBEA

Pleberio y Alisa representan un ejemplo de padres ingenuos y confiados en la educación dada a su hija.

La madre es muy orgullosa de su posición social; es una mujer arrogante y de alguna manera autoritaria, cuya voluntad es agradar y obedecer a su marido. Es un personaje menos convencional que su marido. Ella se considera una madre satisfecha, que confia plenamente en su hija, pero, en realidad, es la que menos sabe de esta.

En cambio, Pleberio es muy unido a su hija, preocupado por su seguridad, muy sensible y comprensivo, pero al mismo tiempo autoritario. Él confía en Melibea, y hasta la consulta cuando se trata de su matrimonio, concediendole libertad de elección.

Melibea representa para sus padres un apoyo total, dadas sus virtudes esenciales – origen noble, riqueza, hermosura y virginidad. Lo que ellos no saben es que su hija había perdido ya su honor. Como todos los padres, ellos quieren arreglarle la vida a Melibea y encontrarle marido, tal como lo imponían las normas de aquella época. El matrimonio era sólo un contrato, que no tenía nada que ver con el amor y los sentimentos.

La más importante intervención del padre de Melibea es al final de la obra, tras la muerte de su hija. En el planto de Pleberio destacan las ideas sobre el amor y la muerte. Le está reprochando a la muerte que se ha llevado a la única heredera de sus riquezas, que toda su vida no ha hecho nada más que construir un futuro para ella. Su hija muerta, la vida ya no tiene sentido para él; se revolta en contra del destino, que en lugar de llevarse los bienes materiales se ha llevado a su tesoro – Melibea, a la que amaba más que a su propia vida. El ve el destino humano como a una rueda, que un día te hace feliz, y en el siguente momento desdichado.

El amor es para Pleberio su peor enemigo, la causa de todas las desgracias. Él cuenta que siendo joven había conseguido huir del amor, y que ahora este se venga y su hija muere por amor. El no entiende como algo que produce tanto dolor puede llamarse así.

Pleberio se siente culpable por no haber podido salvar a su única hija, de no saber lo que ella pensaba y sentía. Al final del llanto del padre de Melibea, este se refiere a la vida como un valle de lágrimas.

II.3.5. LAS RELACIONES ENTRE LOS PERSONAJES

El egoísmo e individualismo, y la falta de altruismo representan rasgos comunes en todos los personajes de La Celestina, sin importar la clase social a la que apartienen. Fernando de Rojas ha creado sus personajes en parejas, en relación los unos con los otros, para poder subrayar el carácter de cada uno de ellos por medio de las relaciones que tiene con los demás.

Entre los personajes de La Celestina se tejen tres tipos de relaciones: sociales, amorosas y económicas.

Las relaciones sociales se realizan entre los señores y los criados.

Destaca la relación de Calisto con sus criados. Estos, sobretodo Pármeno, tienen una relación de fidelidad con su amo. A veces le roban o le desobedecen. Se puede decir que se trata también de una relación de confianza, dado que Calisto confía en elos y acude a sus consejos. Aún más, los criados acompañan a su amo a todos sus encuentros amorosos.

Una relación social hay también entre Melibea y Lucrecia, cuya relación es muy buena, casi como entre dos amigas, ya que Lucrecia es la complice de su dueña, la única persona que la conoce tal como es en realidad, el único testigo de las citas de los dos amantes. La principal relación amorosa se cristaliza entre Calisto y Melibea. Este lazo se debe a los poderes de la vieja alcahueta Celestina. Es una relación basada en el placer y gozo sexual, que acaba trágicamente, con la muerte de los dos amantes.

Pleberio y Alisa están casados y felices, a pesar de que se habían casado muy jovenes y por conveniencia.

Sempronio y Elicia forman otra pareja de enamorados. Aunque sus sentimientos no son verdaderamente sinceros. Él sólo busca satisfacer su apetito sexual, y ella busca en él sólo el dinero, ya que tiene otro amante, Crito.

Pármeno y Areúsa tienen una corta relación amorosa. Despues de la muerte de este, aparece Centurio, que está enamorado de la joven muchacha. Al principio, esta lo rechaza, pero finalmente lo accepta porque lo necesita para vengarse de Calisto y Melibea.

Las relaciones económicas se establecen principalmente entre los criados y los señores. Los primeros trabajan para conseguir dinero y muchas veces roban a sus amos.

La más importante relación de natura económica es la que tiene Celestina con Pármeno y Sempronio. Los tres son codiciosos y egoístas, y están capaces de cualquier cosa con tal de conseguir dinero. Al principio se llevan bien, pero cuando la alcahueta se niega a compartir la ganancia con ellos, estos la matan, por lo que seran presos y ajusticiados.

Lazos económicos hay también entre Celestina y sus dos prostitutas. Ellas la ven como a una madre, dado que esta les ha enseñado todo lo que saben y que son sus protegidas. En cambio, la vieja les ves como simples instrumentos para obtener beneficios.

III. AMOR – AVARICIA – MUERTE EN

LA CELESTINA

III.1. LOS EJES TEMATICOS DE LA OBRA

Los temas principales de La Celestina destacan desde el comienzo de la obra. En el título introductorio, el autor menciona que la obra fue “compuesta en reprehensión de los locos enamorados que, vencidos en su desordenando apetito, a sus amigas llaman y dizen ser su dios. Asimismo hecho en aviso a los engaños de las alcahuetas y malos y lisonjeros sirvientes.’’

Tal como se puede observar, resalta de aquí el fin educativo de La Celestina: atacar el loco amor, que hace que los amantes vean a sus amadas como su Dios, y el amor de lo material y la corrupción, hechos que trastornan el orden social.

Envueltos en la trama de la corrupción, cada uno de los culpables paga por su error; mueren Celestina, Sempronio, Pármeno, Calisto y Melibea.

Por lo tanto, los ejes temáticos de La Celestina son: el amor, la avaricia y la muerte.

III.1.1. EL AMOR

A lo largo de la literatura medieval, el amor es un tema que tiene aspectos y matices muy variados, como el “amor cortés’’, el “buen amor’’, el “loco amor’’, el “desordenado amor’’. En La Celestina – historia de un amor pasional, se observa una remiscencia de cada uno de estos tipos.

El tema del amor representa el eje determinante de la obra de Rojas, el que afecta a todos los personajes, y que dicta y suscita el comportamiento de cada uno de los personajes.

La manera en la que está presentado el tema del amor en La Celestina es ambiguo, complejo y a veces resulta venir en contradicción con las ideas tradicionales que recibían los jovenes. Si en la literatura amorosa tradicional existía una separación entre las clases sociales, y los pobres estaban considerados incapaces de sentir amor, en cambio, en La Celestina desaparece esta distinción, y los ricos y los pobres aman y sufren por amor de la misma manera.

A lo largo de la obra se observan distintas definiciones al amor. Cada personaje tiene una visión propia del amor. Por ejemplo, en el primer acto de la obra se habla del “amor impervio’’ y del “amor ilícito’’: “(…) no puede mi paciencia tolerar que haya subido en coraçón humano conmigo el ilícito amor comunicar su deleyte.’’

Para Celestina el amor es “aquella dulce y fiera llaga de sus coraçones.’’ Más alla, en el acto X, ella dice que el amor “es un huego escondido, una agradable llaga, un sabroso veneno, una dulce amargura, una delectable dolencia, un alegre tormento, una dulce y fiera herida, una blanda muerte.’’ Celestina habla también de la fuerza de este sentimiento, un poder arrollador, que destruye y se lleva todo por delante, y hace que las personas pierdan su identidad: “que ni comen ni beben, ni ríen ni lloran, ni duermen ni velan…” 

En La Celestina hay tres concepciones del amor:

El amor cortés

Desde el siglo XII las doctrinas del amor cortés dominaban la literatura amorosa y caballeresca: el amante era el vasallo de la dama, las relaciones amorosas eran secretas, era excluida la idea del matrimonio entre los amantes, la dama era divinizada y representaba para su amante el ideal de belleza, el sufrimiento por amor.

Aunque algunos rasgos de este tipo de amor se pueden observar en nuestra obra, en fondo se trata de una parodia del amor cortés. A primera vista, Calisto presenta caracteristicas especificas del amor cortés, pero, en realidad, él no tiene la paciencia de un amante cortesano, recurre a las trampas de una vieja alcahueta para que Melibea lo ame, revela el secreto de su relación, y lleva hiperbólicamente la divinización de su amada, convertiendola en “su Dios.’’ La cortesía falta desde el primer encuentro entre Calisto y Melibea. Calisto inicia el diálogo con esta precipitadamente, y, a su vez, ella le incita a seguir con sus declaraciones, animandolo más con cada pregunta. La relación de Calisto y Melibea se parece más a una relación romantica y apasionada.

Lo mismo pasa con las otras dos parejas de la obra – Sempronio y Elicia, y Pármeno y Areúsa – todo lo que hacen, dicen y sienten conduce al goce físico.

Aparentemente, hay un concepto distinto del amor y de las relaciones amorosas entre los criados y sus señores, dado que los últimos utlizan un lenguaje más literario que los otros. Sin embargo, la manera de hablar de Calisto y Melibea no hace más que encubrir sus deseos y sus intenciones.

El loco amor

Al lado del amor cortés, en La Celestina se trata también de otro tipo de amor llamado “loco amor’’; un amor apasionado, manifestación de la locura.

Esta enfermedad de amor, a la que se alude antes del primer acto de la obra, se instala a partir de la contemplación de la persona amada, cuyo recuerdo llega a ser obsesivo. Lo mismo pasa con Calisto y con Melibea. Sus comportamientos quedan dependientes al deseo de que el otro le corresponda en los sentimientos. Ellos pierden la razón y el juicio en detrimentro de la voluntad y de la pasión.

Los principales síntomas de esta enfermedad son: insomnio, falta de apetito, episodios frecuentes de risas o llantos, suspiro profundo, ritmo acelerado y respiración irregular, y bienestar sólo cuando se nombra la persona amada.

Calisto muestra unos tales síntomas tras el primer encuentro con Melibea. Él pierde la alegría y el juicio, no se deja aconsejar y para desahogarse habla de su mal con su criado Sempronio, reconociendo que la razón no controla más su voluntad: “¿Cómo templará el destemplado? ¿Cómo sentirá el armonía aquel que consigo está tan discorde, aquel en quien la voluntad a la razón no obedece?’’

Consciente del desequilibrio interior, Calisto quiere escuchar una canción triste, pero no como remedio del daño provocado por la pasión amorosa que nutre, sino como prolongación de su ánimo: “Pero tañe y canta la más triste canción que sepas.’’

Nada puede dulcificar ese “crudo amor’’ que corre por las venas de Calisto como un fuego; un fuego mayor que el que habia abrasado Roma y que no se puede compararse ni con el fuego del Purgatorio: “Como de la aparencia a la existencia, como de lo bivo a lo pintado, como de la sombra a lo real, tanta diferencia ay del fuego que dizes al que me quema. (…) si el de purgatorio es tal, más querría que mi espíritu fuesse con los de los brutos animales que por medio de aquél yr a la gloria de los santos.’’

Como el intento de Sempronio de remediar el dolor de su amo no tiene suceso, este le propone al enamorado enfermo que acuda a los servicios de una alcahueta para conseguir el amor de Melibea.

En cuanto a Melibea, ella también sucumbe al mal de amor, a pesar de que al principio rechaza a Calisto. Ella sufre del mismo fuego y acaba por reconocer que se enamoro de Calisto desde el principio, y exterioriza algunos de los síntomas de la enfermedad de amor frente a Celestina. La alcahueta le da el remedio para su enfermedad – amar a Calisto. Una vez asumida la relación amorosa con Calisto, Melibea se comporta como loca; ella se olvida de la fama de sus padres y de su honra, desechando las modalidades morales de una chica aristocráta.

Hasta la misma Celestina conoce por propia experiencia los efectos que tiene en uno este fuego amoroso: “Camino es, hijo, que nunca me harté de andar; nunca me vi cansada, y aun assí vieja como soy. (…) quánto ás éstas que hirven sin fuego. Catívanse del primer abraço; ruegan a quien rogó; penan por el penado; házense siervas de quien eran señoras; dexan el mando y son mandadas. Rompen paredes, abren ventanas, fingen enfermedades.’’

El amor hace de los amantes sus esclavos, pero ellos también acaban por ser esclavizados por sus intermediarios.

El amor sexual

Tal como resulta de La Celestina, la sexualidad no es una cosa privada. Basandose en su gran experiencia de vida, Celestina es la que aconseja sobre el amor y la sexualidad, amor y sexo siendo para ella aspectos intercambiables.

El amor de Calisto y de Melibea no son platónicos ni corteses, sino sensuales en lo más profundo. Cuando define a su señor, Pármeno lo compara con un caballo en celo. Los dos amantes estan obsesionados con el goce del placer. En el final del acto XIII, después de enterarse de la muerte de sus criados, Calisto dice que “fengiré loco por mejor gozar deste sabroso deleyte de mis amores.’’ En el proximo acto, Melibea le confesa a su amante que “ las noches que ordenares sea tu venida por este secreto lugar a la mesma hora, por que siempre te spere aperçibida del gozo con que me quedo, sperando las venidas noches.’’

Desde este punto de vista destacan también las relaciones de los dos criados de Calisto con las dos prostitutas de la alcahueta, relaciones dominadas por la pasión sexual y el interés. Además, Areúsa y Elicia comercian con el sexo para obtener dinero y placer. Del otro lado, sus amantes no le reprochan sus infidelidades, dado que persiguien sobre todo el goce sexual.

En La Celestina los criados aportan erotismo a la narración, ya que ellos son los que más muestran el deseo sexual.

Se puede observar el paralelismo existente entre la relación de Calisto y Melibea y la de Pármeno y Areúsa – los ambos lazos amorosos se tejen por mediación de la bruja, y los dos hombres están impacientes por poseer a sus amadas.

Es relevante también la plasmación del deseo sexual, personificado en la criada de Melibea. Lucrecia tiene que conformarse con ver gozar a los otros, no porque no quiere tener relaciones, sino porque tiene limitados sus movimientos por vivir en casa de sus dueños.

Aún más, este tipo de amor destaca también en Celestina. Mediante la contemplación de la relación amorosa, ella logra prolongar su vida sexual, a la que se había dedicado en su juventud.

III.1.2. LA CODICIA Y EL AMOR AL DINERO

En La Celestina el materialismo sustituye a las antiguas normas y ordenes sociales, el amor al dinero y la apetencia de la riqueza se reflejan en casi todos los personajes. Así, el bienestar material, lo bueno, lo malo, la desdicha o la felicidad dependen de la posesión de la riqueza, a la que condideran que enaltece y honra a una persona. La riqueza condiciona las virtudes morales y hasta el amor. Ya no se habla de virtud sino de prosperidad. La avaricia es la base de todos los conflictos secundarios de La Celestina, y el dinero es el que lleva a Celestina y a los dos criados a la muerte.

Todos los personajes de La Celestina se mueven en torno a la codicia y a las pretensiones. Así, el mundo bajo de la pobreza apetece la riqueza, y la avaricia se trransforma en una fuerza destructora, que los llevara a todos a la perdición. Los criados buscan sacar provecho en detrimento de los intereses de sus dueños. En algun momento Celestina dice de Calisto que es tan rico que a ella le bastaria sólo un poco de lo que le sobra a este para salir de pobreza. De hecho, la vieja alcahueta es el personaje en que se refleja lo mejor la avaricia y la pasión por el dinero. Ella es la más egoísta de todos, una mujer malvada interesada sólo en conseguir dinero y riquezas. Para ella, esto se llama “ganar el sueldo’’. Ella no necesita ningún hombre para mantenerla; astuta y engañosa, Celestina recurre a todo lo que sea para lograr lo que desea. El dinero es el movil de todo lo que ella siente, dice y hace. Pero, el interés material sera también su destrucción.

La avaricia también se refleja en los criados. Cada uno de estos tiene su drama íntimo y su pasión: el interés y la codicia.

Sempronio conoce la ambición de Celestina de llegar a ser rica y sera su complice. Mentiroso, manipulador, codicioso y hipócrita, a él no le interesa curar a su amo sino conseguir dinero, oponiéndose a los intereses se Calisto: “Procuremos provecho mientras pendiera su contienda’’ Él está dispuesto a sacar todo lo provecho posible de los vicios y caprichos de su amo. Este hace de intermediario con la alcahueta porque cree que el amor transforma a uno en una especie de loco que tira el dinero. Por la misma pasión por el dinero Sempronio mata a Celestina cuando ella, movida también por la codicia, se niega a compartir lo conseguido.

En el caso de Pármeno, este condena en un principio la aventura de su amo y le advierte contra los peligros y contra la astuta Celestina. Poco a poco, Pármeno pasa del criado fiel, preocupado por la defensa moral y física de su amo, al hombre cínico, aprovechado y desleal, interesado cada vez más en el dinero. Él se une a Celestina y a Sempronio, guiado por su pasión por la riqueza.

III.1.3. EL PAPEL DE LA MUERTE

Al lado del amor y de la codicia, la muerte es otro tema que destaca en la obra de Rojas. Las distintas facetas de la muerte denotan el anhelo por el amor y el dinero.

Mirada desde este punto de vista, la obra muestra un mensaje moralista, ya que la muerte de un cuerpo representa el castigo, la humillación, el pecado y la fugacidad de placer para su época.

La idea de la muerte fue uno de los temas recurentes en la cultura del siglo XV. Ella se presenta como el sentimiento de que se acaba la vida, el último acto de la existencia terrena. Al mismo tiempo, el suicidio se veía como una maldición, condenación y un pecado mortal, que impedía al hombre llegar al más allá. El suicidio no implicaba el perdón de Dios, y no le daba al muribundo la posibilidad de arrepentirse por sus hechos.

La manifestación del poder del castigo denota que la gente temía de una ley divina o humana situada por encima de la sociedad.

En su obra, Rojas muestra el panorama social según el cual no existe otro paraíso que el de los placeres terrenelas, y que a su vez las riquezas, la avaricia, la corrupción y otros pecados van a ser castigados. La muerte se refleja en esta obra como la privación de vida, de goces y de placeres. En La Celestina cada personaje paga por su error. ¿¡Y que castigo es más fuerte que la muerte!? La gloria de los placeres, la dulzura y la belleza de la vida, todo acaba con el terrible golpe de la muerte. Con su inmenso poder, la muerte priva a todos de todos los placeres que se pueden alcanzar en la vida terrena. La muerte representa el final del desorden en el hombre. La cesación del vivir iguala a todos los personajes de la obra de Rojas. Fernando de Rojas dirige a sus personajes hacia la muerte, realizando de esta manera el dibujo del realismo de un mundo degradado y una parodia sarcástica del amor cortés.

La Celestina presenta la singularidad del morir de cada uno de sus personajaes.

La vieja alcahueta se niega a compartir la ganancia con sus complices, la avaricia y el egoísmo desencadenando su muerte. Ella es demasiado codiciosa y orgullosa, y está convencida de que Sempronio y Pármeno son demasiado cobardes como para matarla. En realidad, ellos no planeaban asesinar al alacahueta, sino asustarla, pero la furia los arrastra hacia el asesinado.

La muerte de la anciana es absurda; si hubiera aceptado a repartir el profito con los dos criados todo eso no hubiera pasado. Aparte de que su hecho no fue tan grave como para merecer morir. Poco ante de morir ella pide confesión porque no quiere ir al infierno, cosa muy extraña dado que la vieja trabajaba con el diablo. Aunque hay también una explicación para su gesto – toda su vida ha actuado según lo conveniente en cada momento, aliándose con quien sea con tal de conseguir sus intereses. Ella pide la salvación a quien se la puede dar, no al que la puede hundir. Presa de la codicia, Celestina muere de forma violenta, sin poder medir sus palabras.

Sempronio y Pármeno pagan su error con su propia muerte. El autor decidió acabar rapidamente con la vida de los dos criados. Para ellos la justicia es rápida – serán acusados y ejecutados de madrugada, en la plaza del pueblo.

Tras la muerte de Celestina, de Pármeno y de Sempronio, las dos prostitutas deciden vengararlos, hechando la culpa a Melibea y a Calisto, al que quieren matar, para que su amada llore por él. Lo único que logra el cobarde Centurio es armar un alborote, y es así como Calisto se precipita tapia abajo y muere de la caída. La muerte de Calisto ha conocido varias interpretaciones. Algunos estudios sostienen la afirmación de que la intención del autor fue de ridiculizarlo, haziendolo caer de un muro; y otros estudios consideran la muerte de este como un paradoja, dado que por primera vez Calisto muestra generosidad para salvar a sus criados. Él paga con su propia muerte su obsesivo amor por Melibea, que, por desesperación ante la perdida de su amante, se suicide. Si la muerte de Calisto es accidental, la de su dama es necesaria. El amor de la joven muchacha aristocrata implica todo su ser, y, en consecuencia, no puede seguir viviedo. Su muerte voluntaria confirma la entrega total al amor, a diferencia de Calisto, cuya muerte es accidental y de alguna manera ridícula.

La Celestina acaba con el llanto cargado de existencialismo de Pleberio, en el que se refuerza el triunfo de la muerte sobre el amor. Destaca una concepción pesimista de la vida, de la fortuna y del mundo traidor.

La muerte representa la última hoja de la escritura de la vida de los personajes celestinescos. Cada muerte es singular y pone a cada uno de los personajes en su lugar.

III.1.4. LA MAGIA Y SU RELACIÓN CON LA FORTUNA

En el comportamiento de los personajes de La Celestina es constante y característica la preocupación por el encadenamiento del acontecer humano. Desde este punto de vista, para ello el principal problema es descubrir la conexión de los hechos producidos, saber cómo y por qué unos hechos se suceden a otros.

Este mundo desconcertado, en el cual los hechos se suceden e manera desordenada y sin finalidad racional se llama fortuna. En La Celestina destacan muchas referencias al tema de la fortuna.

El pensamiento sobre el orden natural y moral se desenvuelve en los personajes celestinescos. Cada uno de ellos es individualista y todos comparten una trágica y pagana visión del mundo: ninguno se siente culpable por sus hechos, sino víctima de la fortuna, la que maneja sus destinos. Mediante sus pasiones, la fortuna mueve a todos los personajes a su antojo y los conduce hacia el final de los finales – la muerte.

Pleberio es un ser afectuoso, generoso, protector y comprensivo con su hija. Él creía en un orden racional – finalista: “Yo pensaba (…) que eras y eran tus hechos regidos por alguna orden.’’ Pleberio no puede aceptar que el drama de Melibea responda a una finalidad objetiva y justa en el orden mundano. Él plantea la cuestión sobre la existencia de más de un loco arbitrario en el universo, imputable a la fortuna.

La fortuna lucha en contra de las personas, las ensalza, las premia, las derrumba y las castiga. Ella le es próspera y adversa al mismo tiempo. Calisto, tras la noticia de la muerte de sus criados y de la Celestina dice: “¡o fortuna, quánto y por quántas partes me as combatido!’’ El caso de Calisto es especial, ya que, a primera vista, su muerte se produce sin relación con sus erores y sin la intervención de una fuerza que lo quiere castigar o para cumplir un orden universal.

También los otros personajes de la obra se lamentan de la inestabilidad de la fortuna.

La fortuna no es pura casualidad, el movimiento del mundo es dinámico y puede estar determinado sin orientación a un fin. Esta idea implica una nueva concepción del encadenamiento de los hechos, que no responde a un nexo racional y moral.

La mentalidad de la época consideraba que existian algunas fuerzas ocultas que actúan sobre los hechos. Este es el sentido de la magia. La hechizeria es percibida como el resultado de un mundo de fuerzas invisibles que pueden operar para cambiar su movimiento, un verdadero arte para lograr unos resultados previstos.

El tema de la magia tiene un papel importante en el desarrollo de la acción en La Celestina. La Celestina es una obra que rompe con la tradición y los modelos de la época en la que fue escrita, tratando temas prohibidos como el ocultismo, la magia y los hechizos. Mediante Celestina, el autor presenta la relación conflictiva entre el ocultismo y la religión. Ella representa dentro de la obra la continuidad de las creencias paganas dentro del mundo rigido del cristianismo.

La introducción de este tema le permite a Rojas presentar su obra de dos perspectivas diferentes: la de Celestina, compartida por los dos criados, y la de Calisto y Melibea. La vieja Celestina cree en la eficacia de sus artes. Ella presenta su trabajo como siendo algo técnico y económico. De hecho, Melibea es el ejemplo más convenciente de las actividades ocultas de Celestina. Ella hará de medianera delante de Calisto y Melibea, pero, lo que realmente quiere es sacar provecho. Melibea es víctima de la hechicería, práctica mediante la cual se provoca en su mente una violenta pasión hacia Calisto. Este hechizo se realiza con la ayuda del mismo Diablo. La uníon de estos dos sera tanto obra del Diablo, en la perspectiva de Celestina, como de Dios. Lo más importante en todo este conjuro es el aceite serpentino que es derramado sobre la madeja de hilado, líquido que tiene fuerzas diabólicas. Bajo el pretexto de vender hilado, Celestina intentará ganar el control sobre la voluntad de Melibea.

Pármeno es el que retrata a Celestina de la manera más sincera y auténtica, dejando ver la verdadera profesión y personalidad de la vieja, y sus valores negativos y perversos.

Él mismo, tras la presentación de los oficios de Celestina, hace una descripción detallada del laboratorio de esta. En primer lugar, él hace una lista de las sustancias de origen animal y vegetal utilizadas para la fabricación de perfumes. Luego, sigue con los productos de limpieza y otros productos y cosmeticos. Y, la última lista de Pármeno se refiere a los instrumentos de brujeria, destinados a fabricar conjuros para los asuntos amorosos. Así, los huesos del corazón de ciervo sirven para los filtres amorosos, la lengua de serpiente y la cabeza de codornices para atraer a los amantes,y el cerebro de asno para aturdilo. Aún más, el mantillo de niño tenía poderes extraordinarios y traía suerte, las semillas de helecho eran anticonceptivos y afrodisiacos, igual que las judias moriscas. De la misma manera, las pinturas con azafrán en las manos iban directamente al corazón, y las imágenes de cera atravesadaspor agujas rotas sirvían para deshacerse de un enemigo por una enfermedad o la muerte.

Los protagonistas de La Celestina recurren a los conjuros en busca de ayuda para sus logros. La vieja alcahueta no es la única que conjura a Satanás, también Calisto utiliza formulas parecidas. Por ejemplo, el dicho de Calisto en su diálogo con Celestina: “Conjúrote me respondas por la virtud del gran poder que aquella señora sobre mí tiene.’’

Evidentemente, Celestina representa al mismo Diablo. Ella es una gran mentirosa, una maestra en la argumentación, arrogante y soberbia. Su rasgo más importante es la avaricia, la que la llevara a la perdición.

III.2. LA RELACIÓN AMOR – AVARICIA – MUERTE

En La Celestina destaca una fuerte relación entre el amor apasionado, la codicia y la muerte que dinamiza toda la obra de Rojas. El protagonista masculino, Calisto, ama a Melibea, pero en realidad se trata de un amor carnal. Para conseguir su proposito él acude a los servicios de la vieja alcahueta Celestina, y la relación amorosa de los dos amantes acaba tragicamente. La alcahueta hace del amor y de los sentimientos humanos la razón de la subsistencia; el amor es fuente de placer y gozo.

Por otra parte, el amor apasionado que nutre Calisto por Melibea es el motor de la obra, en torno al cual se tejen las otras relaciones.

Las consecuencias del amor apasionado, pedante y ridículo como los mismos personajes, y de la codicia de estos representan los males del ser humano, el mecanismo que los lleva a la muerte.

Si en la primera parte de la obra de Rojas el amor aparece como un gran triunfador, en la segunda parte de la escritura la muerte es la que viene a recordar el sentido trágico de la vida humana: todo encuentra su fin en la muerte.

En un amplio analisis de los personajes de La Celestina resaltan las pruebas de la peculiar relación que hay entre el amor, la muerte y la avaricia. Todos los personajes están guíados por los intereses económicos y el goce sexual. Destaca aquí la extraordinaria capacidad de Celestina de manipular a los demás, sin ningun escrúpulo, basandose para esto en su vasta experiencia, su sabiduria y en la brujería. De hecho, la perdida de la razón por parte de Melibea es la consecuencia del hechizo de la anciana, la magia teniendo en la obra de Rojas un papel importante.

En cuanto a Calisto, este encubre su pasión tras la máscara del amante cortés, otras siendo sus verdaderas intenciones. Él vive por y para Melibea, sin importarle nada y nadie que no tenga algo que ver con su amada. En realidad, Calisto no sigue las normas del amor cortés, no es ni humilde ni discreto.

El joven amante no es consciente de sus verdaderos sentimientos. Él confunde el verdadero amor, el amor puro, con las bajas pasiones, y lo que de verdad hace es presentar de una manera más o menos poetica sus impulsos sexuales, que no llegaran a transformarse en un verdadero amor. La pasión lo convierte en un loco enamorado, extravagante y egoísta, que acabará siendo víctima de su pasión.

Melibea es un personaje complejo y difícil al mismo tiempo. Ella pasa rápidamente del odio y del rechazo al amor gracias tanto a la posible atracción hacia Calisto, como a los hechizos de Celestina. Si al principio parece respetar los cánones del amor cortés, a instancias de Celestina y de Calisto, caerá en el desorden de la pasión. El amor llega a ser la única razón de su vida, la fuente del placer, y, de la misma manera, la fuente del dolor y el causante de su muerte. Tras la muerte de su amante, Melibea no concibe el existir sin él, y la única salida es para ella el suicidio. Se suicide porque no quiere aceptar la triste soledad, siguiendo en todo, hasta la muerte, al amado. Ella subordina cualquier gana de vivir a su relación con Calisto; muerto él, ella renuncia a la vida, a pesar del amor por sus padres.

Al mismo tiempo, nunca se plantea en la obra el matrimonio de Calisto y Melibea; los protagonistas están dirigidos a la muerte. Todo esto por la intención moralizante del autor. La Celestina es la historia de un amor apasionado entre dos jovenes que descartan desde el principio la posibilidad del matrimonio, hecho que los llevara a la desgracia y a la muerte.

En cuanto a esta relación destacada en los del mundo bajo, el origen de todos los conflictos secundarios de La Celestina resalta de la codicia, la corrupción y la mezquindad de Celestina, Sempronio y Pármeno. La huida tras el dinero es la que los arrastra a todos a la muerte.

Todos estos personajes comparten rasgos comunes como la avaricia, el egoísmo, la falsedad, la cobardia. Cada uno de estos actúa por razones egoístas, movido por el interés propio, todos manejados como unas marionetas por la astuta Celestina, la más codiciosa de ellos, cuyo único interés es conseguir dinero y riquezas. Celestina logra conseguir lo que quiere de cada uno, ofreciendoles lo que desean.

En el caso de Pármeno y de Sempronio, ellos se guían por el goce sexual y los intereses economicos. Sempronio, el teórico de los peligros del amor, está envuelto en el fuego de este sentimiento, aunque se trata sólo de satisfacer sus deseos sexuales. Él es el intermedio entre Celestina y Calisto, el complice de la vieja, atraido por dimensión económica. Su amigo entra en las redes des amor y de la avaricia pervertido por Celestina. Las relaciones amorosas de los dos criados y su interés cada vez más grande por el dinero desemblocan el la muerte.

Y así, los personajes de La Celestina, guíados por sus pasiones, la avaricia y la lujuria, van a sufrir las consecuencias de sus actos.

Calisto y Melibea, ciegos de amor, encuentran la muerte, uno por destino, el otro por propia voluntad, al perder la razón de su existir. Celestina encuentra la muerte a manos de sus complices, y estos dos ejecutados por asesinarla.

En consecuencia, se puede afirmar que todos los personajes de La Celestina sufren la crueldad de la muerte, no sólo los que encuentran su fin. Desde esta perspectiva, los padres de Melibea también caen víctimas de la muerte, aunque no directamente, por las implicaciones que atrae la perdida de su hija.

III.3. EL MATRIMONIO DE CALISTO Y MELIBEA – UN ENIGMA

El enigma esencial que destaca de la obra de Rojas se teje en torno al matrimonio de Calisto y Melibea y de por qué ellos excluyen la posibilidad de casarse.

La crítica a dado distintas explicaciones a esta cuestión. La respuesta más destacada sostenia que si los dos amantes se hubieran casado, La Celestina no habría existido, por falta del drama, y de la acción. De hecho, La Celestina nos presenta una historia de amor, un amor loco, desconcertado, en la cual los enamorados rechazan la posibilidad de casarse. Y, es este rechazo el que dinamiza la obra, el que desencadena la acción.

En su conocido trabajo “La originalidad artística de La Celestina’’, María Rosa Lida de Malkiel ha analizado este problema, empezando por la clásica pregunta: “¿Por qué Calisto, <<a quien la natura dotó de los mejores bienes>> y a quien la fortuna favoreció con no menos celo, recurre a ua alcahueta de conocida infamia en lugar de casarse buenamente con Melibea?’’

A esta pregunta, se han vinculado tres variantes de respuestas:

La intención del autor, su voluntad de exaltar el amor pasión, el amor total. Según algunos críticos, Fernando de Rojas hace abstracción de todo, menos del amor; este se manifesta en toda su esplendor y con toda su fuerza. El autor describe el amor apasional, pleno, que de alguna manera triunfa a pesar del final desastruoso.

Algunos obstaculos sociales, raciales o religiosos

Se vinculó también la desigualdad social de los dos enamorados, como también la desigualdad racial o religiosa. Parece que el estado social de calisto era inferior a la situación económica de Melibea, lo que representaba un obstaculo para él. Aunque Lida de Malkiel viene con razones y explicaciones que excluyen esta respuesta, afirmando que la normas de matrimonio vigentes en aquella época no impidian a estos que se casasen.

También, la situación religiosa de estos dos era un impedimiento para su matrimonio.

Luego, la condición de converso de Calisto llevaba a la imposibilidad del casamiento.

El peso de la tradición literaria

Los motivos literarios o artísticos parecen ser los más destacados. Se hace referencia a la personalidad de Calisto y de Melibea, y al tipo de amor que ellos viven para explicar el rechazo de la posibilidad de un matrimonio entre estos, y para justificar el papel de la alcahueta. Puede que sea el egoísmo y la impaciencia de Calisto su incapacidad por lograr el amor de Melibea, lo que le hace a este recurrir a una hechizera. Otra cuestión se impone ahora – ¿Por qué Melibea no pide matrimonio?, ¿o por qué ella no habla de sus sentimientos con sus padres cuando ellos conversan sobre un posible matrimonio suyo?

En cuanto a este asunto, Lida de Malkiel viene y añade que el comportamiento de Melibea es antihistórico. Ella tiene como explicación el peso de una tradición literaria que planteaba el amor extramatrimonial – la lírica cortés y la novela caballeresca. Si el próposito de Rojas era de presentar un amor apasionado y trágico, para dibujar un tal pasión él disponía del arquetipo del amor cortés de la literatura medieval, el que no acepta el matrimonio como desenlace.

Más tarde, la misma María Rosa Lida de Malkiel se declara en desacuerdo con esta afirmación. Según ella, seguir una convención literaria no confirma la creación de una obra maestra, más bien la escritura de un inhábil epígono. Y La Celestina es sin duda una obra maestra, con fuerte cohesión interna, que analisa en los menores detalles cada aspecto presentado, aparte de su expresividad y de su estilo.

El comportamiento de Calisto a lo largo de la obra muestra las posibles razones por las cuales él rechaza desde el principio la idea de matrimonio. Calisto recurre a Celestina porque lo que él busca es gozar del cuerpo de Melibea. Por eso no pide la mano de esta a sus padres. Que sólo busca el placer carnal destaca del diálogo de Calisto con su criado Sempronio. Calisto insiste en los rasgos físicos de Melibea más que sobre otras cualidades de esta. Lo que no logra entender Sempronio es por qué su amo, que facilmente puede hacer que las mujeres caigan a sus pies, sufre de desamor, y lo único que quiere es que Melibea le corresponda en los sentimientos. Calisto aparece como un cazador que aspira a la caza mayor, es decir a Melibea, y no cualquier mujerzuela. Es por esto que acude a la vieja alcahueta, porque lo ve difícil conquistar una mujer tan bella, el imagen de la perfección física. Para él, los rasgos espirituales, morales y sociales representan un obstacúlo, no una ventaja para tener a Melibea. Lo que si valora realmemte es su hermosura corporal, a la que describe con todo el lujo de detalles, reconociendo al mismo tiempo que estos valores despiertan su deseo sexual.

La pasión de Calisto por su amada no atrae la admiración de los demás, ni su simpatía, ni su compasión, por el sencillo motivo que tanto Celestina como sus criados se dan cuenta de que se trata de apetito sexual llevado al extremo.

La conducta de Calisto explica de alguna manera u otra el rechazo de un posible matrimonio con Melibea. Su comportamiento no tiene nada de delicadeza y dulzura, más bien grosería y hasta brutalidad.

CONCLUZII

El siglo XV puede ser considerado como una época de transición entre la Edad Media y el Renacimiento. Se trata de un periodo de profundos cambios, en el que perduran los elementos medievales y aparecen otros que anuncian el Renacimiento. La consciencia de crisis de aquellos tiempos provoca pesimismo y una inseguridad general.

La Celestina es la obra española que marca el fin de la Edad Media y anuncia una nueva época – el Renacimiento. Con ella concluye una época literaria y se inaugura una nueva. Con esta obra se inaugura en la literatura el género celestinesco, que influencera la literatura del siglo XVI.

La Celestina representa una de las más importantes escrituras españolas de la literatura universal, y la más representativa del teatro medieval español, cuyas fuentes son Terencio, Plauto y Petrarca. La obra fue escrita por Fernando de Rojas, quien encontró un primer acto de autor desconocido y decidió continuar la obra.

La creación de Rojas pasó por dos fases importantes. La obra fue editada por primera vez en Burgos en el año 1499, con el título de la “Comedia de Calisto y Melibea’’, y tenia dieciséis actos. Las ediciones que aparecieron desde 1502 añadieron a la comedia cinco actos más y se tituló “Tragedia de Calisto y Melibea’’, para llegar luego a llamarse “La Celestina’’.

La obra ha levantado serias controversias en torno a la autoría, al género y a la intención del autor. Las controversias en torno al problema del género se deben al hecho de que La Celestina no encajaba en ningun molde literario conocido hasta entonces. Algunos críticos la suelen denominar obra dramática, mientras otros la ven como una novela. Fue Gilman el que conclusionó que La Celestina es una obra “agénerica’’, es decir una creación literaria diferente y anterior a la solidificación de la comedia y de la novela como géneros literarios.

La Celestina es la obra que revoluciona la literatura en cuanto a la creación de personajes y carácteres. Esto se nota en el hecho de que los personajes dejan de ser tipos y poseen personalidad y psicológia propia; los pesonajes de La Celestina son seres humanos, con una profundidad psicológica. Su caracterización se hace a través del pensamiento, de los hechos y del lenguaje de cada uno.

La acción de los personajes celestinescos se apoya en una concepción del mundo, cuyo base lo representa el principio de universalidad del amor y del placer.

En el comportamiento de los personajes de La Celestina es constante y característica la preocupación por el encadenamiento del acontecer humano. En La Celestina destacan muchas referencias al tema de la fortuna. El pensamiento sobre el orden natural y moral se desenvuelve en los personajes celestinescos. En fuerte relación con la fortuna se encuentra la magia. La mentalidad de la época consideraba que existian algunas fuerzas ocultas que actúan sobre los hechos, y este es el sentido de la magia. La Celestina es una obra que rompe con la tradición y los modelos de la época en la que fue escrita, tratando temas prohibidos como el ocultismo, la magia y los hechizos. Mediante el personaje de Celestina el autor presenta la relación conflictiva entre el ocultismo y la religión, relación que representa dentro de la obra la continuidad de las creencias paganas dentro de la rigidez del cristianismo.

En la obra de Rojas se puede observar una profunda fusión de dos planos sociales: los ricos y los sirvientes. Aquí los ricos y los pobres se mezclan, los vicios y las pasiones estan en todos de la misma manera. De hecho, esta es la primera obra en la cual los pobres tienen la misma importancia que los ricos. Los vicios y las pasiones carnales son el tema central, rasgos renascentistas que al final conducen al desastre y a la muerte. Se trata de una obra que oferece muchisimos detalles sobre las pasiones humanas, tal como la lujuria que los lleva al desastre a Calisto y a Melibea, y la codicia que mueve a Celestina y a sus dos cómplices, Sempronio y Pármeno.

En La Celestina destaca una fuerte relación entre el amor apasionado, la codicia y la muerte que dinamiza toda la obra. Calisto ama a Melibea, aunque en realidad se trata de un amor carnal, y para lograr su propósito él acude a los servicios de la bruja Celestina, pero la relación acaba tragicamente. El amor pasión que enrolla a Calisto y Melibea los hace proceder de manera irracional contra las normas morales y sociales de la época. Los resultados de este amor loco constituyen la causa de todos los males que sucederán. La alcahueta hace del amor y de los sentimientos humanos la razón de la subsistencia; el amor es fuente de placer y gozo.

Todos los personajes están guíados por el goce sexual y los intereses económicos. Ellos se mueven en torno a la codicia y a las pretensiones. Así, el mundo bajo de la pobreza apetece la riqueza, y la avaricia se transforma en una fuerza destructora, que los llevara a todos a la perdición.

Los criados sustituyen la fidelidad hacia su amo por el engaño. Son egoístas y codiciosos y buscan su propio provecho. La riqueza lo condiciona todo, tanto la felicidad como la desdicha. La movilidad social se manifiesta en el deseo de la posesión de bienes materiales y de conseguir dinero. Destaca un visible determinismo sobre la condición social y surge una cierta igualdad entre los personajes. El pragmátismo moral abandona valores como la bondad, la prudencia, la honestidad, la seriedad. En cambio aparecen la maldad, la codicia, el egoísmo, el exceso, la exuberancia, la ostentación.

En su obra, Rojas muestra el panorama social según el cual no existe otro paraíso que el de los placeres terrenelas, y que a su vez las riquezas, la avaricia, la corrupción y otros pecados van a ser castigados. El amor y la muerte representan en esta obra dos extremos. Se trata de un amor que enloquece y cuya única salida es la muerte.

Es esta la moralidad de La Celestina – evidenciar la base de todo el mal que sufre la gente de su época y del desorden géneral que conduce a esa sociedad.

El amor como auge libre y violento conviene a las condiciones de la nueva clase ociosa, y es para ellos como un nuevo deporte jovial y doliente, pero imprudente y temible en los dos casos, si hay que tener en cuenta las consecuencias y los peligros que implica. Para los que se preocupan exclusivamente por la vida terrena y los placeres que se pueden alcanzar, la muerte representa sólo la interrupción de la dulzura de la vida, de los placeres y los dolores humanos. La muerte se refleja en esta obra como la privación de vida, de goces y de placeres. Con su implacable poder, el morir priva al hombre de todo lo que la vida le puede ofrecer.

La muerte representa la última hoja de la escritura de la vida de los personajes celestinescos.

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