1. Guerra civil española ………………………………….. 1.1. Principales causas de la guerra …………………. 1.2. La Segunda República…………………………. 1.3. Los partidos… [619241]

1. Guerra civil española …………………………………..
1.1. Principales causas de la guerra ………………….
1.2. La Segunda República………………………….
1.3. Los partidos políticos ………………………….
1.4. La conquista de los franquistas …………………..
1.5. El fin de la guerra ……………………………….
2. Winnipeg : el vaso de la esperanza ……………………
2.1. Pablo Neruda: el compr omiso con los refugiados
españoles …………………………………………………….
3. Lárgo pétalo de mar ………………………………………..
3.1. Isabel Allende………………………………………
3.2. Principales temas representados en la novela: amor y
exilio ……………………………………………..

1. La Guerra civil española
1.1. Principales causas de la guerra
La guerra civil espa ñola fue provocada por el golpe de estado planeado por el general Emilio
Mola contra el gobierno republicano que estaba presidiendo Manuel Azaña. La rebelión fue llevad a a
cabo por una parte de l ejército español que apoyaba a los partidos de derecha (Carlistas y los grupos
más derechistas de la CEDA), la Falange Española , las JONS y la Iglesia Católica . Los republicanos
(de izquierda) estaban también compuestos por obrero s, campesinos, sociali stas, comunistas y
anarquistas. Esta rebelión fue una réplica a la revolución de 1934 y a causa del fracaso de la
convivencia entre derechas e izquierdas durante la Segunda República.
Las causas del estallido de esta guerra civil son , principalmente, que España arrastraba un largo
período de atraso económico, una desigual distribución de la riqueza , la alta cifra de parados
aumentaba contínuamente y, sobre todo, los problemas internos causados por los grupos sociales y
fuerzas polític as que estaban en conflicto y no conseguían superar por diferentes intereses. Los
militares estaban cada vez más descontentos. En todo el país se produjeron revueltas, sobre todo en
Barcelona, dónde se enfrentaron anarquistas contra empresarios.
Después d e la caída de la monarquía, los republicanos firman el pacto de San Sebastián1 en
1930 al que se unen los separatistas catalanes y los socialistas. Mediante este pacto se pusieron de
acuerdo en establecer una República, se presentaría un Estatuto de autono mía para Cataluña y atraer a
las organizaciones obreras como el PSOE2 y la CNT3. El 12 de abril de 1931 tuvieron lugar las
elecciones municipales en las que los partidos republicanos obtuvieron una gran mayoría; un 67% votó
por la unión republicana. La Rep ública había triunfado. El rey Alfonso XIII abdicó y decidió exiliarse.
1.2. La Segunda Rep ública
El 14 de abril de 1931 se proclama la República con un gobierno provisional que convocó las
elecciones el 28 de junio para las Cortes Constituyentes. La coalición Republicana Socialista obtuvo
mayoría y siguió representando el gobierno provisional.

1 El pacto de San Sebastián se firmó en agosto de 1930 para el compromiso de los republicanos, catalanistas y
galleguistas para la proclamación de una república y para el estatuto de autonomía de las regiones.
2 Partido Socialista Obrero Español
3 Confederación Nacional del Trabajo

El 9 de diciembre de 1931 fue aprobada la nueva Constitución; Niceto Alcalá Zamora fue
nombrado presidente de la República y Manuel Azaña fue nombrado presidente del gobierno.
El gobierno buscó estrategias económicas, sociales y políticas durante los primeros dos años
de la Segunda República (el llamado Bienio reformista – de noviembre 1931 a noviembre 1933) . Las
principales reformas de la Segunda República fueron:
1. Proclamar una serie de decretos que evitarían los abusos que los propietarios agrícolas
realizaban en las contrataciones .
2. La separación de la Iglesia y el Estado; los sacerdotes fueron sometidos al pago de
impuestos.
3. Las reformas afectaron también al Ejército. La reforma implicaba reducir el número de
jefes y oficiales. La disolución del Tribunal Supremo del Ejército y de la Armada.
4. La proclamación del Estatuto de Auton omía en Cataluña, para constituir el gobierno
autónomo de la Generalitat . El gobierno catalán tendría competencias exclusivas en
cuestiones de administración, economía, enseñanza, sanidad, transporte, etc.
Sin embargo estas reformas no fueron bien recibid as por las fuerzas conservadoras y por el
ejército. Bajo el liderazgo de José María Gil Robles en 1933 se form ó la Confederación Española de
Derechas Autónomas (CEDA) por los grupos de derechas que se organizaron en contra de estas
medidas gubernamentales. En contra de estas reformas también se encontraban los partidos de corte
fascista, JONS (Juntas de Ofensiva Nacional – Sindicalista) y la FE (Falange Española) creada por José
Antonio Primo de Rivera.
José Antonio Primo de Rivera rechazaba el sistema demo crático y criticaba al liberalismo por
su carácter individualista. Consideraba que el capitalismo había provocado la injusticia social
beneficiando a los más ricos. También estaba en contra del socialismo porque, según él, se basaba en
el odio. Sus ideas f ueron promover el liderazgo de un jefe que tuviera todo el poder en el Estado, lo
que fundamentó el fascismo español.
Los nacionalistas estaban muy bien organizados y recibieron ayuda de los gobiernos fascistas
de Alemania e Italia . Los republicanos recibieron el apoyo de la Uni ón Sovi ética así como de las
Brigadas Internacionales, compuestas por voluntarios de Europa y Estados Unidos y tambi én una serie
de artistas e intelectuales extranjeros , como George Orwell , que después fue investigado y, según sus

memorias, a punto de ser asesinado por agentes del SIM. Orwell fue un escritor muy comprometido
con la izquierda , pero qued ó enemigo del comunismo ortodoxo.
1.3. Los partidos políticos
En las elecciones generales de noviembre de 1933 , cuando por primera vez votaban también
las mujeres, los partidos de derecha obtuvieron mayoría. En las Cortes, el CEDA obtuvo el mayor
número de escaños y el gobierno quedó en manos del Partido Radical Republicano liderado por
Alejandro Le rroux.
La polít ica reformista del primer bienio fue anulada por una serie de decretos que constituyeron
una auténtica contrarreforma del conservadurismo que intensificaron las tensiones sociales y políticas.
El gobierno tampoco pudo resolver los graves problemas del país y se limitó a intentar regresar a la
situaci ón existente antes de 1931 . Comenzaba así el llamado Bienio Negro de la Segunda República
(noviembre de 1933 a diciembre de 1935).
A principios de 1934 el presidente de la República, Alcalá Zamora, encargó a Lerroux formar
un nuevo gabinete en el cual se incluyeron tres miembros de la CEDA (uno de los cuales ocupó el
ministerio de Agricultura), de modo que la dere cha llegaba al poder. La FE y la JONS se fusionaron
en febrero de este año.
El desempleo aumentaba dando así origen a una rebelión obrera que estalló en Asturias en el
mes de octubre y, al mismo tiempo, en Barcelona un movimiento separatista proclamaba el Estado
Catalán. El número de ministros de la CEDA aumentó después de esta revolución, uno de ellos siendo
José María Gil Robles el líder , el cual nombró al general Francisco Franco jefe del Estado Mayor del
ejército.
Lerroux fue destituido por un escándalo de corrupción. El presidente de la República decidió
convocar nuevas elecciones el 16 de febrero de 1936. Las Cortes fueron disueltas.
Al mismo tiempo, se crea una coalición electoral española en enero de 1936 por los princ ipales
partidos de izquierda (republicanos, socialistas y comunistas), se denominaron el Frente Popular. El
16 de febrero consiguieron ganar las últimas elecciones durante la Segunda República antes del golpe
de estado que desencadenaría la Guerra Civil. E l líder de esta organización fue Manuel Azaña que,
entre sus proyectos, destacaron: la continuidad de las reformas del primero bienio republicano; la
aprobación del Estatuto catalán y, la última decisión que tomó fue alejar a los militares considerados

peligrosos, ya que se conocía que los militares conspiraban continuamente contra el gobierno. De
modo que, el gabinete Azaña tomó la decisión de trasladar a Franco a la Comandancia General de
Canarias, a Goded a Baleares y más tarde al general Mola a Pamplona , para evitar que organizaran un
levantamiento militar.
Sin embargo, los militares no eran los únicos que amenazaban el orden actual ya que, en la
España de los años treinta los partidos de derechas como los de izquierdas se dotaron de grupos
paramilitare s listos para actuar en el caso que haya confrontación militar. El PNV, el PCE, la CEDA,
el PSOE y la Falange formaron unidades militares que provocó un clima de tensión que llevó a l
enfrentamiento callejero, estallaron las huelgas y se multiplicaron las t omas de tierra por parte de los
campesinos, la quema de iglesias, atentados políticos, etc.
José Antonio Primo de Rivera, líder del partido fascista español, fue encarcelado en Alicante.
En consecuencia, las Cortes destituyeron a Alcalá Zamora y el 10 de mayo proclaman a Manuel Azaña
nuevo presidente de la república y a Santiago Quiroga, jefe del gobierno, quien hizo todo lo posible
por administrar el país de manera que no molestara a los sectores más reaccionarios. Los republicanos
eran conscientes que la s proclamas demasiado progresistas serían rechazadas por la derecha, de modo
que optaron por hacer las cosas de manera progresiva. Aún así, en los partidos de extrema derecha no
cambió la actitud, arrastrando el viejo odio, hicieran lo que hicieran desde el poder.
Los militares iniciaron los planes para derribar la República cuando se conocieron los resultados de
las elecciones. Mola tenía la intención de implementar una dictadura republicana con el ejército
tomando dominio como gobernante, juez, legislador y garante de la estabilidad nacional. Junto con
José Sanjurjo, diseñaron un alz amiento militar junto con un grupo de generales, uno de ellos siendo
Francisco Franco. La idea era echar a la izquierda del poder y sustituyéndolos por los militares para
establecer así el orden. Mola clarificó que el golpe no se daba en contra de la repúb lica, sino en contra
de la izquierda.
En el mes de julio los ánimos se exaltaron con el asesinato del líder derechista, Calvo Sotelo, llevado
a cabo por unos militantes socialistas y algunos guardias de asalto. Esto provocó un escándalo nacional
y provocó que las derechas dieran la espalda al gobierno republicano. El 17 de julio de 1936 las tropas
marroquíes se alzaron contra el gobierno.

1.4. La conquista de los franquistas
Los generales Mola y Franco iniciaron el conflicto el 17 de julio de 1936, alzándose contra el
gobierno por el sur de la península. El bando sublevado se formó por la zona agrícola del norte: Castilla
la vieja, Navarra, La Rioja, Álava, Galicia, Cáceres y Zaragoza más tarde tomando algunas otras zonas
como las ciudades de Sevilla, Cádiz, G ranada, Córdoba y Oviedo. La provincia de Cantabria, Canarias
y Baleares también se unieron a la sublevación. La zona industrial vasca, Asturias, el levante español,
Cataluña, la Mancha y gran parte de Andaluc ía, era zona republicana.
Franco mostró a las potencias extranjeras el desorden de la república, presentándola como un
régimen débil, resultando que él estaba en contra del comunismo, algo que para las potencias fascistas
extranjeras y para las liberales como Reino Unido y Francia sirvió como argument o. En consecuencia,
los sublevados, autodenominándose nacionales , ya que defendían el propósito de unificar al país bajo
un gobierno central que honrara la patria castellana, recibieron la ayuda tanto de las tropas italianas y
alemanas como de aviones, suministro s, municiones y ametralladoras . Los republicanos fueron
respaldados solamente por la Unión Soviética y México (que acogió una gran cantidad de niños y
aportó todo lo que se pudo permitir en cuanto a armamento y suministro de alimentos) , con ayuda de
los voluntarios extranjeros , denominados brigadas internacionales, formados por soldados veteranos
de la Primera Guerra Mundial, obreros, estudiantes o intelectuales. Las potencias occidentales, Estados
Unidos, Francia y Gran Bretaña, decidieron adoptar l a política de ‘no intervención’ por miedo al
establecimiento de un régimen comunista en España.
Los sublevados se propagaron por diversas regiones ocupando numerosas capitales de
provincia, Madrid sien do la más difícil de tomar , la ciudad no caería fácilm ente. El país se había
dividido en dos zonas enemigas hasta los últimos días del mes de julio. En Burgos se formó una Junta
de Defensa Nacional en la que, después de la muerte del general Sanjurjo, Franco fue nombrado
Generalísimo del Ejército . Franco dejó muy claro a los demás miembros que quien llevaba el peso
militar era él ya que trataba con los italianos, alemanes y portugueses; había logrado tanto armamento
y tenía una relación privilegiada con los extranjeros. Mola no tuvo más remedio que aceptar con
resignación. La designación de Franco como Generalísimo conllevaba el dominio militar y en gran
parte también político de la zona sublevada. Aún así, Franco no estaba contento con su cargo y exigió
que el cargo de Generalísimo llevara adjunto el de jefe d el Estado.

Al mismo tiempo, la Falange y la JONS se unificaron en una sola entidad política con Franco
como máxima autoridad. La concentración de poderes se configuraba en un nuevo Estado de tipo
autoritario.
El bando republicano padecía divisiones intern as y unos cambios de jefatura efectuados durante
el conflicto que evidenciaron la situación de crisis que sufrían. La autoridad central se debilitó desde
los primeros días del levantamiento militar y no logró evitar los conflictos entre los anarquistas y
comunistas, lo que llevó a la generación de divisiones en el ámbito republicano.
Los republicanos lograron obtener algunas victorias en la primavera de 1937 . Los sublevados
cambiaron de táctica con respecto a la toma de la capital ya que la ciudad no se dej aba caer fácil,
Franco no tenía más remedio que aceptar la realidad. Los repetidos fracasos de los nacionalistas ante
Madrid les hicieron ver a los militares que les esperaba una larga guerra de modo que concentraron
sus operaciones en tomar la zona del no rte, que cubría el territorio republicano desde Asturias hasta el
País Vasco. La resistencia del Ejército Vasco dificultó el avance . De modo que los sublevados optaron
por bombardear Guernica, la ciudad sagrada de los vascos, el 26 de abril de 1937, con la intención de
infundir el terror.
Para el mes de octubre, los sublevados lograron dominar la zona norte excepto Cataluña . A
finales de 1937 l os republicanos consiguieron obtener victoria en Teruel , ya que decidieron acometer
una ofensiva que sorprendió al bando sublevado , la ofensiva contó con la ventaja del factor sorpresa,
una estrategia utilizada en varias ocasiones por los republicanos, que les benefició desde el principio
en esta guerra . Aunque, el 22 de febrero del año siguiente la ciudad fue recaptu rada por los
nacionalistas. Desde el mes de marzo hasta julio de 1938 se llevó a cabo el avance de las tropas
sublevadas hacia el Mediterráneo. Durante los siguientes meses se llev ó a cabo unas batallas que llevó
a los republicanos al desgaste , cuya derrota dejó el camino despejado para los nacionalistas pudiendo
llegar hasta Cataluña . En consecuencia, los sublevados se dirigieron hacia el Ebro para tomar la costa
Mediterránea, de este modo se marcó la partición del territorio republicano en dos zonas desiguales.
Estas batallas resultaron un desgaste para el ejército republicano, la derrota parecía segura.
Juan Negrín (jefe de gobierno), comenzaba a discutir sobre llegar a un acuerdo con los
nacionales y acabar ya con la guerra, pidiendo así unas cond iciones como la garantía de independencia
española ; el derecho del pueblo a escoger su propio gobierno y, renunciar a las represalias. Sin
embargo, era inútil negociar con Franco una paz ya que el caudillo pretendía acabar totalmente con la
República.

1.5. El fin de la guerra
Las tropas sublevadas entraban en Madrid el 28 de marzo. La guerra terminó el 1 de abril de
1939 . Los representantes de la República huyeron al extranjero y lograron una nueva sede en Toulouse,
desde donde continuaron los debates por la si tuación a la que se había llegado. Aún así, la guerra no
había terminado para Franco. Comenzaron una serie de represalias en contra de los vencidos,
salvándose solamente aquellos que huyeron al exilio, particularmente los que consiguieron huir a
América. M uchos soldados y civiles refugiados en Francia estuvieron amontonados en campos de
concentración hasta saber qué se hacía con ellos.
La guerra había ocasionado una gran cantidad de pérdidas humanas, la demografía calcula unos
540.000 muertos4, a causa de las violentas represiones ejercidas por el bando franquista. Se daba el
final de una democracia y comenzaba una dictadura de cuarenta años (1939 -1975 ) hasta la muerte de
Franco. En el plano económico, el país tuvo una pérdida en reservas materiales y fina ncieras, la
población activa disminuyó, la infraestructura quedó destrozada, y la producción había disminuido y
se redujo el nivel de ingresos.
España sufrió un aislamiento internacional bajo el régimen de Franco. El país fue aceptado
como miembro de las Naciones Unidas en 1955. Franco nombró al príncipe Juan Carlos como su
sucesor y futuro rey de España en 1970, reestableciéndose así la monarquía. En 1975 se instauró de
nuevo la democracia por el Rey Juan Carlos I.
Después de acabar la Guerra Civil en Es paña, el 1 de septiembre de 1939 comenzó la Segunda
Guerra Mundial. Hitler buscó ayuda en Franco para su propia guerra. Sin embargo, España no estaba
en condiciones de ayudar. Aún así, proporcionó su ayuda enviando a un cuerpo de voluntarios
conocido como La División Azul .

4 https://elpais.com/politica/2019/02/11/sepa_usted/1549896518_673788.html

La Guerra Civil:
Una revuelta militar bien planificada comenzó el 17 de julio de 1936 en ciudades de
guarnición en toda España. Para el 21 de julio, los nacionalistas habían logrado el control en el
sur de la península , las Islas Canarias y las Islas Baleares (excepto Menorca) y en la parte de
España al norte de las montañas de Guadarrama y el río Ebro, a excepción de Asturias,
Santander y las provincias vascas. a lo largo de la costa norte y la región de Cataluña en el
noreste. Las fuerzas republicanas habían sofocado el levantamiento en otras áreas, a excepción
de algunas de las ciudades andaluzas más grandes, incluidas Sevilla (Sevilla), Granada y
Córdoba. Los nacionalistas y los republicanos procedieron a organizar s us respectivos territorios
y a reprimir la oposición o la sospecha de oposición. La violencia nacionalista era parte de una
política consciente de terror. La cuestión de cuántos fueron asesinados sigue siendo muy
polémica; sin embargo, generalmente se cree que el costo de la violencia nacionalista fue mayor.
La capitanía de los nacionalistas fue asumida gradualmente por el general Franco, las
principales fuerzas que había traído de Marruecos. El 1 de octubre de 1936, fue nombrado jefe
de estado y estableci ó un gobierno en Burgos. El gobierno republicano, a partir de septiembre
de 1936, estaba encabezado por el líder socialista Francisco Largo Caballero. Fue seguido en
mayo de 1937 por Juan Negrín, también socialista, que permaneció como primer ministro
dura nte el resto de la guerra y se desempeñó como primer ministro en el exilio hasta 1945. El
presidente de la República española hasta casi el final de la guerra fue Manuel Azaña, un
anticlericales liberales. El conflicto interno comprometió el esfuerzo repub licano desde el
principio. Por un lado estaban los anarquistas y los socialistas militantes, que veían la guerra
como una lucha revolucionaria y encabezaron la colectivización generalizada de la agricultura,
la industria y los servicios; por el otro estaba n los socialistas y republicanos más moderados,
cuyo objetivo era la preservación de la República. Al buscar aliados contra la amenaza de la
Alemania nazi, la Unión Soviética adoptó una estrategia del Frente Popular y, como resultado,
la Internacional Comu nista ordenó a los comunistas españoles que apoyaran a los republicanos.
Tanto el lado nacionalista como el republicano, viéndose a sí mismos demasiado débiles
para ganar una victoria rápida, acudieron al extranjero en busca de ayuda. Alemania e Italia
enviaron tropas, tanques y aviones para ayudar a los nacionalistas. La Unión Soviética
contribuyó con equipos y suministros a los republicanos, quienes también recibieron ayuda del
gobierno mexicano. Durante las primeras semanas de la guerra, el gobierno del Frente Popular
de Francia también apoyó a los republicanos, pero la oposición interna forzó un cambio de

política. En agosto de 1936, Francia se unió a Gran Bretaña, la Unión Soviética, Alemania e Italia
en la firma de un acuerdo de no intervención que ser ía ignorado por los alemanes, italianos y
soviéticos. Alrededor de 40,000 extranjeros lucharon en el lado republicano en las Brigadas
Internacionales en gran parte bajo el mando del Comintern, y otros 20,000 sirvieron en unidades
médicas o auxiliares.
Para noviembre de 1936, los nacionalistas habían avanzado a las afueras de Madrid. Lo
sitiaron pero no pudieron ir más allá del área de University City. Capturaron las provincias
vascas del norte en el verano de 1937 y luego Asturias, de modo que en octubre te nían toda la
costa norte. Comenzó una guerra de desgaste. Los nacionalistas condujeron un saliente hacia el
este a través de Teruel, llegando al Mediterráneo y dividiendo la república en dos en abril de
1938. En diciembre de 1938 se trasladaron a Cataluña en el noreste, obligando a los ejércitos
republicanos allí hacia el norte hacia Francia. En febrero de 1939, 250,000 soldados
republicanos, junto con un número igual de civiles, habían huido a través de la frontera hacia
Francia. El 5 de marzo, el gobierno republicano voló al exilio en Francia. El 7 de marzo estalló
una guerra civil en Madrid entre facciones comunistas y anticomunistas. Para el 28 de marzo,
todos los ejércitos republicanos habían comenzado a disolverse y rendirse, y las fuerzas
nacionalista s entraron en Madrid ese día.

Las reverberaciones políticas y emocionales de la guerra trascendieron con creces las de
un conflicto nacional, ya que muchos en otros países vieron la Guerra Civil española como parte
de un conflicto internacional entre, se gún su punto de vista, la tiranía y la democracia, o el
fascismo y la libertad, o comunismo y civilización. Para Alemania e Italia, España fue un campo
de pruebas para nuevos métodos de guerra de tanques y aviones. Para Gran Bretaña y Francia,
el conflicto representó una nueva amenaza para el equilibrio internacional que estaban luchando
por preservar, que en 1939 colapsó en la Segunda Guerra Mundial. La guerra también había
movilizado a muchos artistas e intelectuales para tomar las armas. Entre las respue stas artísticas
más notables a la guerra estuvieron las novelas Man’s Hope (1938) de André Malraux, Las
aventuras de un hombre joven (1939) de John Dos Passos y For Whom the Bell Tolls (1940) de
Ernest Hemingway; Memorias de George Orwell Homenaje a Catalu ña (1938); La pintura de
Pablo Picasso Guernica (1937); y la fotografía de Robert Capa, Muerte de un soldado leal,
España (1936).

2. El vaso Winnipeg
-datos históricos del vaso
-datos biográficos de Pablo Neruda
-hacer referencia a la novel a

El Winnipeg fue un barco paquebote mixto francés construido en 1918, y botado en 1919.4 Su
importancia radica en haber realizado un viaje llevando a bordo a más de 2.000 refugiados republicanos
españoles que eligieron a Chile como su país de asilo. Este viaj e se convirtió en el de mayor
contingente de pasajeros en toda la historia del exilio republicano español. La llegada del Winnipeg al
puerto de Valparaíso fue la tarde del 2 de septiembre de 1939, efectuando el desembarco el domingo
3 de septiembre de 1939 .
El 3 de septiembre de 2019 se conmemoró el 80 aniversario del acontecimiento en un acto institucional
que contó con la presencia de la ministra española de Justicia Dolores Delgado.5

Una vez concluida la guerra, prestó una gran atención a los exiliados republicanos que se
vieron obligados a cruzar la frontera con Francia a inicios de 1939 a causa de la represión franquista.
Después de conocer la durísima situación en la que vivían, Neruda convenció al presidente de su
nación para que permit iera el asilo en su país. Gracias a la labor del poeta, se botó finalmente el

Winnipeg , un barco que llevó a cerca de dos mil quinientos refugiados republicanos españoles a Chile
La relaci ón del literato con Espa ña ven ía de a ños atr ás, ya que conoci ó el auge de la Residencia
de Estudiantes de Madrid, lugar en el que comparti ó charlas y amistad con grandes personalidades.
Avanzando en el tiempo, en 1934 el gobierno chileno lo envi ó a Barcelona como miembro de su comit é
encargado de las relaciones i nternacionales, debido a que regentaba diferentes cargos en el exterior de
su pa ís.
Durante el conflicto b élico, altern ó su residencia con Par ís. Con el objetivo de denunciar lo que
ocurr ía en Espa ña, ide ó un congreso de escritores antifascistas qu e provinieran de todas partes del
mundo. Se celebrar ía en Madrid, pese a la compleja situaci ón y la cercan ía del frente de guerra a la
ciudad. Lo cierto es que estas jornadas literarias consiguieron aglutinar a un buen n úmero de creadores
de muy divers as procedencias. El viaje depar ó distintas im ágenes curiosas (Neruda Confieso que he
vivido 151): “nunca hab ía salido de Par ís un tren tan lleno de escritores como aquel. Por los pasillos
nos reconoc íamos o nos desconoc íamos. Algunos se fueron a dorm ir; otros fumaban
interminablemente. Para muchos Espa ña era el enigma y la revelaci ón de aquella época de la historia ”.
Tambi én dej ó un importante hueco en su obra literaria a la guerra civil espa ñola, que se
convirti ó, desde la sublevaci ón rebeld e que le dio inicio, en un tema primordial para el poeta. De esta
forma, escribi ó numerosos textos en los que aludi ó directamente a este conflicto y mostr ó a las claras
su apoyo al r égimen democr ático.
Uno de los primeros escritos, “Tempestad en Espa ña”, fue publicado en la revista Nuestra
Espa ña en Par ís el 9 de marzo de 1937. Antes de denunciar el asesinato de una gran cantidad de
maestros en Galicia y el alineamiento con las teor ías alemanas de Franco, tambi én aludi ó al
fusilamiento de su ami go el poeta Federico Garc ía Lorca. Adem ás, indic ó que, tras el asesinato del
dramaturgo granadino, se quemaron gran cantidad de sus libros en su ciudad. Por todo ello, el chileno
expuso a las claras el por qu é de su alineamiento con el Frente Popular:
3. Winnipeg, el barco de la esperanza
Neruda encabez ó una misi ón tal vez no todo lo conocida que debiera tambi én relacionada con
Espa ña: la de fletar un barco que llevara a Chile a cuantos refugiados republicanos espa ñoles se
pudiera. Esta idea fue motivada por el cambio de sino que sufri ó el pa ís sudamericano, ya que, en

1939, su gobierno estaba dirigido por una coalici ón que vino a llamarse como el Frente Popular
chileno, t érmino empleado desde la II Rep ública por su hom ólogo europeo.
Tampoco hay que olvidar el hecho de que, poco antes, m ás en concreto el 24 de enero de 1939,
un terremoto afect ó gravemente a la zona de Chill án. En este desastre murieron cerca de seis mil
personas, por lo que tambi én estaban sufriendo una tragedia. A l mismo tiempo, Francia esperaba un
inminente ataque alem án, ya que la II Guerra Mundial estaba iniciando su desarrollo.
Así, Neruda march ó a Francia para tratar de dar una nueva vida a un buen n úmero de exiliados
que permanec ían en campos de concent ración en este pa ís. Seg ún sus propias palabras, esta labor se
convirti ó en “la más noble misi ón que he ejercido en mi vida ” (Confieso que he vivido 161). El poeta
había salido recientemente de una operaci ón y ten ía la pierna enyesada, aunque no d udó en viajar al
país galo para encargarse en persona de la inmigraci ón.
No fue la única ocasi ón: en el anteriormente citado discurso de Montevideo de marzo de 1939
denunci ó la situaci ón de los refugiados en los campos de concentraci ón que en Fran cia se hab ían creado
para emplazar en condiciones infrahumanas a los exiliados espa ñoles. Por todo ello, Am érica y Chile
debían abrir sus brazos y acoger a los que hab ían defendido la democracia:
Entre aquellos que solicitaron viajar a Am érica, el p oeta realiz ó la selecci ón de los tripulantes
del Winnipeg, una labor ardua y compleja, ya que muchas familias estaban divididas en diferentes
campos de concentraci ón. Sin duda, el trabajo no result ó nada sencillo .
En ese instante, el gobierno republica no espa ñol en el exilio colabor ó con Neruda y adquiri ó
un barco a la compa ñía France -Navigation, el Winnipeg , un carguero franc és que hab ía sido
transformado para albergar a una gran cantidad de personas (habitualmente apenas portaba a una
veintena de tripulantes).
El m áximo organismo espa ñol en el exilio tambi én cre ó el Servicio de Evacuaci ón de
Refugiados Espa ñoles (S.E.R.E.) para colaborar directamente en esta empresa. Poco despu és, desde
Chile se nombr ó a un encargado de negocios a cargo del propio poeta con el fin de colaborar con él.
Incluso, una vez comenzado el proceso de selecci ón el presidente chileno, Pedro Aguirre, le envi ó un
telegrama en el que desment ía el embarque de republicanos espa ñoles con destino a su pa ís y le exig ía
una declaraci ón pública negando este hecho:

El barco esperaba a sus pasajeros en un puerto cercano a Burdeos, el de Trompeloup. Ante esta
difícil situaci ón, el poeta se reuni ó con Juan Negr ín, presidente de la Rep ública espa ñola en el exilio,
quien le coment ó la compleja situaci ón y las tres posibles soluciones:
Negr ín le pidi ó que llamara por tel éfono a alg ún encargado del gobierno chileno y le explicara
cuál era la situaci ón. Pese a las dificultades de una conferencia telef ónica tra nsoce ánica, Neruda logr ó
hablar con el ministro de Relaciones Internacionales, al que le transmiti ó que no acataba la nueva orden
del presidente. Tras la charla con este ministro y seguramente despu és de haber recibido algunas
presiones, Aguirre envi ó un nuevo telegrama exhortando que se prosiguiera con la inmigraci ón: “mi
indignaci ón y mi angustia se oyeron a trav és de oc éanos y cordilleras y el ministro se solidariz ó
conmigo. Despu és de una incruenta crisis de gabinete, el Winnipeg, cargado con dos mil republicanos
que cantaban y lloraban, lev ó anclas y enderez ó rumbo a Valpara íso” (Neruda Obras completas. V
416).
4. La llegada del Winnipeg a Chile. Desenlace final
Semanas despu és, más en concreto en la noche del 4 de agosto de 1939, el Winnipeg parti ó de Francia
con destino a Chile. Muchos de sus tripulantes pertenec ían a la órbita comunista, un hecho que ha sido
criticado por otras facciones que integraban el Frente Popular espa ñol, sobre todo anarquistas y de
otras tendencias izquierdistas m ás moderadas. Sea como fuere, en la despedida estuvieron
representantes del S.E.R.E., del gobierno republicano espa ñol en el exilio y algunas autoridades
francesas (Neru da Obras completas. V 414):
Los pasajeros llegaron al embarcadero en diferentes trenes. All í se vivieron escenas de gran
emoci ón, ya que se reencontraron numerosas familias que hab ían estado separadas desde el final de la
guerra. Tambi én se identific ó y cheque ó a los viajeros para ratificar si estaban aptos para subir al
Winnipeg. El propio Neruda ten ía la última palabra: “yo decretaba el último S Í o el último NO. Pero
yo soy m ás SÍ que NO, de modo que siempre dije S Í” (Neruda Confieso que he vivido 415).
El poeta tuvo un único momento de duda con un trabajador del corcho ya que, seg ún esgrimi ó
en la charla que tuvo con él, en Chile no hab ía alcornoques. Finalmente, tras atender a la convincente
Para afrontar con éxito un extenso traye cto de cerca de cuatro mil kil ómetros de
traves ía, se cre ó un organigrama en el barco para que se cumplieran las m ínimas necesidades
higiénicas, de alimentaci ón, ventilaci ón y descanso. Entre incomodidades y falta de espacio, se
organizaron un servi cio de guarder ía, clases y distracciones para los ni ños. Incluso, hubo

nacimientos a bordo. Tambi én se crearon agrupaciones musicales corales y se dictaron charlas
y conferencias acerca del pa ís que les iba a acoger.
Tras soportar tormentas y un gran oleaje, realizaron escalas en la Isla de Guadalupe y en
Panam á, país en el que tuvieron que estar anclados durante varios d ías en pleno mes de agosto debido
a que hab ía que solicitar los permisos para cruzar el canal. Mientras, en Chile se esperaba con
impaciencia la llegada de los refugiados, por lo que se contact ó con empresarios de diferentes ámbitos
para buscar trabajo y alojamiento a los que estaban llegando. Adem ás, tambi én se realizaron colectas
y actos ben éficos para recaudar fondos que ir ían dirigidos a mejorar las condiciones de los ex
combatientes y sus familias.
Con un pasaporte colectivo, atracaron por primera vez en Chile el 30 de agosto de 1939, m ás
en concreto en el puerto de Arica. En ese momento, la m úsica tom ó protagonismo, y a que los nuevos
habitantes del pa ís sudamericano entonaron diferentes canciones tradicionales para agasajar a sus
benefactores y como modo de exteriorizaci ón de su felicidad. Hasta ese momento, siempre hab ían
pensado que el Winnipeg podr ía recibir una orden de regresar a Francia que, por fortuna, nunca se
consum ó. Tras desembarcar, algunos refugiados decidieron permanecer en esta ciudad y atender a las
ofertas de empleo que les llegaron como pescadores, mineros y en la construcci ón de diferentes
ferrocarriles.
Pocos d ías despu és, retomaron su marcha hacia el puerto de Valpara íso. Pese a que llegaron el
2 de septiembre, se decidi ó postergar su descenso a tierra hasta las primeras horas del domingo 3 de
septiembre. Sin duda, este momento se convirt ió en una fecha hist órica en la que se logr ó concretar un
sueño hecho realidad.
Fueron recibidos efusivamente por una gran multitud. Tras una comprobaci ón
sanitaria y despu és de entregarles nuevas ropas, se llev ó a los nuevos chilenos a un tren
que les trasladar ía a sus distintos destinos, aunque otros muchos tambi én se quedaron en
Valpara íso y en otras poblaciones costeras. Como conmemoraci ón de este instante, el
propio Pablo Neruda escribi ó en esta ciudad unas bell ísimas palabras como bienvenida para los
recién llegados:

Según apunta Fernando de la Sierpe (online) citando un pasaje de Contramemorias de un
transterrado de Leopoldo Castedo, la llegada a Santiago de Chile fue tambi én conmovedora:
Si atendemos las investigaciones de Ja ime Ferrer Mir, que en el sexag ésimo quinto aniversario
de la llegada del barco a Chile realiz ó un nuevo recuento de los pasajeros que embarcaron en el
Winnipeg, fueron dos mil trescientos sesenta y cinco las personas que zarparon desde Francia ( él
mism o señala que, involuntariamente, este recuento bien puede ser imperfecto). Para realizar este
estudio, entr ó en contacto con el canciller Manuel V ías, que trabajaba en el Consulado de Espa ña en
Chile. El maestro fue clave para conocer el nombre de toda s estas personas, ya que guard ó durante
muchos a ños una caja en la que aparec ían los datos que los exiliados indicaron a su llegada a
Valpara íso:
No todos los tripulantes del Winnipeg destacaron por su ideolog ía republicana y por haber
mantenido el r espeto hacia sus propios compa ñeros de traves ía y por aquellos que les ayudaron. El
propio Pablo Neruda coment ó que, un d ía, un hombre de mediana edad le agradeci ó el trabajo que
realiz ó para llevarlos a Chile, y le propuso una invitaci ón en la que festejar y gratificar esta labor. Tras
su muerte, dej ó todas sus pertenencias en una caja fuerte en la que ten ía depositados sus papeles. Su
viuda, despu és de analizarlo, se llev ó una gran sorpresa (Neruda Confieso que he vivido 360):
Pese a la gran a legría por el trabajo realizado, el poeta ten ía en mente realizar otros viajes para
trasladar a m ás republicanos espa ñoles a Chile, aunque finalmente y por diferentes motivos no se
llevaron a cabo. Incluso, trat ó de auxiliar a algunos de los amigos li teratos y artistas con los que
convivi ó en Espa ña, aunque con distinta suerte. Uno de los casos que m ás le afect ó fue el de Miguel
Hern ández, al que ofreci ó asilo en la embajada chilena tras la toma de Madrid por las tropas
nacionalistas.
El poeta, en un primer momento, no lo acept ó. Cuando cambi ó de opini ón obligado por las
circunstancias, no pudo ser aceptado. As í lo narr ó en un curso celebrado en 1942 y que despu és fue
publicado en el n úmero 199 -200 de la Revista del Colegio Libre de Estudi os de Buenos Aires, editada
en octubre y noviembre de 1943, “Viaje al coraz ón de Quevedo ”:
Pese a esta condena, Neruda continu ó tratando de ayudar al murciano. Mientras estaba
trabajando en Par ís en la repatriaci ón del Winnipeg, cont ó la situaci ón de Miguel Hern ández a la
escritora Mar ía Anna Comnene, que qued ó hondamente conmovida, ya que le admiraba en gran
medida. Por ello, ambos se pusieron en contacto con un veterano cardenal franc és, monse ñor

Baudrillart, y le dieron a leer algunos poemas del periodo cat ólico de Hern ández. El religioso, tambi én
afectado por la lectura, envi ó al mism ísimo general Franco una carta en la que apelaba a su buena
voluntad para liberar al poeta. La misiva tuvo su efecto: al poco tiempo, fue declarado hombre l ibre,
aunque a su regreso a su pueblo natal la suerte le fue esquiva:

3. Lárgo pétalo de mar: amor y exilio
– Presentar la obra y un poco a la autora
– Hacer referencia del exilio de le guerra (datos históricos) y datos de la novela (personajes)
– Hacer referencia del amor (relación de los personajes de la novela)

Bibliografia
https://elpais.com/politica/2019/02/11/sepa_usted/1549896518_673788.html

https://es.wikipedia.org/wiki/Winnipeg_(barco)

https://encyclopedia.ushmm.org/content/es/article/spanish -civil-war

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